Vargas, en su texto en El Tiempo, asegura que la enemistad entre ambos “anidó” después de que Petro lanzara su propio candidato (Hollman Morris) para la Alcaldía de Bogotá, y no correspondiera el apoyo que López le dio durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2018.
Ahora, con López en el Palacio Liévano, el periodista asegura que el senador “ha decidido desafiarla en las calles”, por lo que la alcaldesa se negó a renunciar al uso del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
Si bien la mandataria distrital dejó en firme al Esmad, el columnista destacó el protocolo que se implementó para su uso, en donde se establece que será la última alternativa ante bloqueos y desórdenes como los que vivió Bogotá el pasado jueves.
En la primera línea de defensa ante un desorden estarán las Madres Gestoras de Paz (colectivo formado por las mamás de estudiantes de universidades públicas y de miembros de la Fuerza Pública). También estarán los gestores de paz de la Alcaldía de Bogotá.




Aunque el escuadrón implementó la fuerza para desbloquear las vías, Vargas asegura que López actuó “con bastante razón” ante los “grupos de choque petristas” que, para él, “ya mostraron de cuánta violencia son capaces” con los disturbios de 2019.
Para Vargas, los hechos del jueves dejaron el acierto de la alcaldesa que “les ganó a los petristas este primer pulso” en las calles, haciendo énfasis en que su protocolo debe seguir operando “con la misma eficacia”.
Estados Unidos critica a Petro en la ONU y evalúa si continúa apoyo a Colombia en el Acuerdo de Paz
Estados Unidos lanzó fuertes críticas al presidente Gustavo Petro durante la más reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se presentó el informe trimestral sobre la paz en Colombia. El representante estadounidense, Mike Waltz, acusó al Gobierno de usar “retórica incendiaria” y de impulsar políticas que, según Washington, socavan los avances hacia una paz duradera. Además, cuestionó la ampliación del mandato de la Misión de Verificación, señalando que se ha desviado de su objetivo inicial —la desmovilización de las Farc— para centrarse en lo que calificó como “prioridades políticas excesivas”, como la JEP y el apoyo a minorías étnicas.
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