Según explicó el fiscal General, Néstor Humberto Martínez, la carta estaba en la “habitación principal” de Pizano, en su finca El Ático, en Subachoque (Cundinamarca), y una empleada del servicio fue la que la encontró.

“La asistente de servicio que acudió a realizar las labores de aseo, esa misma mañana del deceso de Jorge Enrique Pizano (8 de noviembre de 2018) encontró una carta para su familia que redactó Pizano. En ella deja a su círculo íntimo un cuidadoso detalle de asuntos pendientes o tareas por hacer, como se titula, en la que precisa 11 actividades familiares”, explicó Martínez.

Y agregó:

“Ilustra sobre el lugar en donde se encuentra documentación que interesa a la familia, como escrituras, pasaportes, etcétera. Da cuenta de detalles bancarios y obligaciones monetarias de la familia, y hace referencia a otras obligaciones dinerarias que estarían al día. El escrito contiene detalles, inclusive, sobre temas pensionales”.

Martínez dijo que por respeto a la familia y por privacidad no se muestra completo el contenido de la carta, sino solo varios aspectos que considera importantes para esclarecer que Pizano aparentemente pensaba en un suicido.

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El fiscal dice que la empleada que halló el papel “le tomó una fotografía” con su celular al considerarla importante, y que según el testimonio que ella dio ante las autoridades “la carta se encontraba junto con la botella de agua saborizada”.

La revista Semana publicó la carta que mostró Martínez en rueda de prensa, y solo se pueden leer algunas líneas del escrito que le atribuyen a Pizano.

Tomada de Semana

Precisamente Martínez explicó que esa botella de agua contenía “cianuro”, y que el hijo de Pizano, Alejandro Pizano, bebió su contenido de forma “accidental” tres días después de que su padre falleciera por “muerte natural”.

Con estos detalles, la Fiscalía dio por archivada la investigación sobre este caso.