Por: EL NUEVO DÍA IBAGUÉ

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Este artículo fue curado por Andrea Castillo   Sep 22, 2023 - 5:00 pm
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Una fiscal de la Seccional de Santander, le imputó el delito de feminicidio agravado a Pablo Julián Lozano Pinto de 28 años de edad, por la muerte de su progenitora Lucía Juliana Pinto de 47.

La tarde de ayer, jueves 21 de septiembre, se vio manchada de sangre por el atroz asesinato de una mujer a manos de su propio hijo, en el barrio La Concordia- Bucaramanga. La noticia de que Lucía había sido recibido 32 puñaladas se regó rápidamente por toda la ciudad despertando consternación en sus habitantes y aún más, en quienes la conocían.

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La funcionaria contó en su relato que la víctima venía aguantando agresiones por parte de su hijo desde hace tiempo atrás. Quien según la fiscal, le propinaba puños, patadas, la insultaba con palabras soeces y hasta la amenazaba con matarla.

“Cuando lo iba a visitar a Medellín y en la misma casa de Bucaramanga le pegaba puños, patadas y la amenazaba de muerte. Era misoginia con su mamá, pese a que ella intentaba a ayudarlo a salir de la drogadicción”, narró.

Para ser más puntuales: la misoginia es la aversión a las mujeres o falta de confianza en ellas. Según la Fiscalía, el vínculo entre ellos dos era algo problemático ya que al parecer él la culpaba de su drogadicción y su orientación sexual.

Respecto a cómo sucedieron los hechos, las autoridades explicaron que el victimario estaba discutiendo con su mamá, la agredió como al parecer, lo hacía de manera habitual, pero con la diferencia de que en esta ocasión no la amenazó, sino que inmediatamente optó por atacarla con un arma blanca de la cocina. Por la cantidad de las lesiones, se llegó a la conclusión de que quería hacerla sufrir antes de su muerte.

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Por otro lado, conforme se fueron desarrollando las investigaciones, se descartó que Pinto padeciera algún tipo de enfermedad mental y por el contrario, era consciente de cada cosa que hizo.

Finalmente, ante la pregunta de la Juez de garantías de si aceptaba o no lo cargos, el señalado solo contestó: “Me aguardo el derecho a aguardar silencio”, por lo que la juez determinó que era un “No acepto”.

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