La reconocida Bióloga, rectora de la universidad EAN y columnista de Confidencial Colombia Brigitte Baptiste, nos contó qué piensa de lo que acontece en el país en el sector ambiental.

  • Confidencial Colombia (C.C) ¿En qué anda Brigitte?

Brigitte Baptiste (B.B): Estoy regresando de la entrega de la evaluación de valores de la biodiversidad (IPBES) por sus siglas en inglés, que es la Plataforma Intergubernamental Cientifico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas.  Después de cuatro años de trabajo con más de 80 expertos, llegamos a una serie de mensajes para todos los gobiernos que hacen parte de la plataforma.

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Mi intención es contarle al mundo de qué se habló y cuáles son esos resultados, el más importante indudablemente: tenemos que entender que la biodiversidad se tiene que valorar desde muchos ángulos, desde muchos puntos de vista, y por muchos actores, para luego controvertir donde sabemos que tenemos diferencias o convergencias también.

Eso me tiene muy contenta, porque es el cierre de una etapa de trabajo internacional importante, y luego aquí en la Universidad EAN por supuesto continuando con esa reflexión sobre lo que significa el emprendimiento sostenible, que queremos ofrecerle no solo a los estudiantes sino a toda la comunidad que está reflexionando sobre qué viene para Colombia en estos próximos años, que van a ser tan críticos tanto en la economía como en la ecología

  • C.C: Se habla de una hambruna mundial causada por el cambio climático y la guerra, ¿eso sí se puede dar?

B.B: Muy paradójico que después de tantos años volvamos a tener que mirar de frente al hambre y, si viene una recesión vamos a tener más hambre, seguramente y, con cambio climático pareciera que el panorama no es el más promisorio.

Pero lo cierto es que sabemos que hay muchos retos para mejorar las condiciones de la producción, distribución, consumo y disposición de desperdicios en toda la cadena alimentaria, y hay mucha gente que sabe cómo hacerlo bien.

Yo creo que el tema es de organizarnos para para no morirnos de hambre y para que todo el mundo tenga la posibilidad, como dice el Objetivo de desarrollo sostenible: “ de no pasar hambre”, y ese reto, lo compartimos todas las personas, independientemente de nuestra ideología.

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  • C.C: ¿ Los recursos asignados al Ministerio de Medio Ambiente están cumpliendo con los objetivos de proteger el medio ambiente?

B.B: Creo que ese es otro de los retos de la institucionalidad: aprovechar al máximo los recursos, priorizar. Yo creo que la palabra siempre es priorizar, y hacer que esos recursos actúen en sinergia con los del sector agropecuario, con los del sector minero energético y con los de todos los sectores.

La sostenibilidad se construye de manera transversal, no podemos pensar que los proyectos ambientales son solo ambientales, todos tienen que estar enraizados en algún tipo de actividad realmente sectorial.

  • C.C: ¿Le gusta Susana Muhamad como ministra de Medio Ambiente?

B.B: Por supuesto, le damos la bienvenida y, nos alegra mucho que es una persona que conoce el sector, que ha tenido una trayectoria importante aquí en Bogotá, que es un escenario donde hay que torear muchas cosas.

Tiene que abrir la mente para llegar a todo el país para que el proyecto de construcción de una ciudadanía ambiental sea realmente incluyente, que sea un proyecto que contribuya con la paz y con la concertación.

Esto último, porque hay diferencias muy grandes en la forma en que entendemos esa construcción de sostenibilidad y sería muy triste que sea en el sector ambiental donde se radicalicen más las visiones y eso no quiere decir que no tengamos una propuesta con carácter, una propuesta decidida como ella misma lo ha mencionado, de revisar todos los temas de minería a gran escala, todos los temas de deforestación y, un tema de ordenamiento territorial basado en agua y biodiversidad con lo que también concuerdo. Se abren muchas expectativas para que todos los sectores encuentre ahí un espacio de conversación, un espacio de renovación y no de conflicto.

  • C.C ¿Es posible que lleguemos a una economía verde?

B.B: Estábamos hablando de esto en el Congreso de Acodal (Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental), con Elizabeth Hudson de Jaramillo, quien es miembro de la Misión de Sabios, con la exministra Mabel, y con Clara Solano de la Fundación Natura, quienes nos recordaron que ya existen diez volúmenes de la Misión de Bioeconomía donde hay un análisis muy profundo sobre el potencial que tenemos y los caminos para que eso se acelere.

Creo que los empresarios, los sectores de la economía nacional y todos los actores, saben que es inminente una transición hacia un modelo bioeconómico y que tenemos que hacerlo rápido pero con serenidad.

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  • C.C El Gobierno Petro plantea una economía verde al incrementar el cultivo de aguacate y así dejar de la minería, los hidrocarburos, ¿usted ve viable este cambio?

B.B: Tenemos que dejar de depender de los hidrocarburos y esto es parte de una transición planetaria, el tema de saber marcar los momentos y los movimientos más adecuados para no causar un traumatismo que resulte más costoso que los resultados que podamos ir obteniendo, porque se trata de algo que está muy en entreverado con las prácticas de la economía colombiana y hay que saber cómo desprenderse sin causar grandes heridas.

Colombia es un país que debe migrar hacia la producción de alimentos, la exportación de alimentos, generar seguridad y soberanía alimentaria de nuestras comunidades. Es increíble que hayamos dejado de producir comida en el campo y eso la pandemia lo demostró y coincido con la ministra Cecilia cuando dice que Colombia tiene que volver a producir comida, así que con la bioeconomía tenemos una oportunidad importantísima.

El tema de los biofertilizantes, por ejemplo, se mencionó también en el evento de Acodal para poder contrarrestar esa dependencia que tenemos de los fertilizantes de síntesis. Tenemos una oportunidad gigantesca de hacer agroecología, creo que el próximo gobierno tiene ahí una gran beta para cambiar el país.

  • C.C: Fedemol dice que las tierras colombianas no son aptas para cultivar trigo, ¿eso es cierto?

B.B: Yo conozco la historia del trigo sobre todo en la región del norte de Boyacá donde fue tan importante en los años 50 y 60, El Cocuy exactamente, en Chita que tiene una tradición panadera deliciosa, y claramente el trigo dejó de cultivarse, no porque los suelos no lo permitieran, sino, por el trigo canadiense importado que comenzó a inundarnos en los tiempos de la apertura de la economía.

Sí tenemos tierra para sembrar trigo, yo creo que tenemos que volver a activarla, pero, Colombia no es un país triguero, es un país donde hay unos niveles altos de autoconsumo de trigo. Es muy difícil competir con cultivos subsidiados industriales que vienen de Canadá o de Ucrania o que vienen de cualquier otra parte del mundo.

Colombia tiene no solamente cereales de especies foráneas, sino, que tiene una cantidad de productos especiales empezando por el maíz, que realmente es el que tenemos que reactivar en primer lugar para ocupar todos los espacios de la agricultura que tenemos que recuperar.