El Cuerpo Oficial de Bomberos de Armenia celebró en septiembre sus 98 años de fundación. Esta emblemática institución, tan ligada a la historia de la ciudad, nació en 1927 como respuesta directa a la tragedia ocurrida en Manizales en 1925, donde un devastador incendio movilizó a comerciantes y habitantes de Armenia a organizar un cuerpo de emergencia propio. Desde sus orígenes, los bomberos contaban apenas con equipos básicos traídos de Estados Unidos, pero con el paso de las décadas, la organización avanzó hacia la modernidad y la diversificación técnica, fortaleciendo su rol y construyendo un legado de resiliencia y vocación de servicio, tal como relata Crónica del Quindío.
El capitán Édgar Arenas Ospina, actual comandante, recuerda el terremoto de 1999 como un punto de quiebre en la historia reciente de la institución. Aquella catástrofe dejó seis bomberos y una trabajadora fallecidos, además de la destrucción de las instalaciones y parte de los vehículos operativos. Este golpe evidenció las fragilidades existentes frente a los desastres naturales, motivando una fase de reconstrucción física y renovación ética y profesional. Arenas enfatiza que el cuerpo de bomberos no solo reconstruyó edificios y equipos; también consolidó una disciplina y un enfoque más humanista, centrado tanto en la prevención como en la formación ciudadana.
Hoy, la labor del Cuerpo Oficial de Bomberos de Armenia trasciende la mera extinción de incendios. Sus funciones incluyen rescates especializados, atención ante materiales peligrosos, y una robusta estrategia educativa. Programas como “Bombero por un día”, talleres sobre manejo de extintores y simulacros de evacuación son ejemplos de su compromiso preventivo, reforzando los lazos sociales y la conciencia de riesgo en la comunidad. A nivel internacional, estudios de la National Fire Protection Association (NFPA) resaltan que, actualmente, solo una mínima parte de las intervenciones de los bomberos corresponde a incendios, mientras la mayoría implica rescates y asistencia médica.
La labor educativa se considera clave: expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han identificado una reducción de la mortalidad y los daños civiles gracias a programas comunitarios que impulsan la autoprotección y la cultura de seguridad. El cuerpo de Armenia integra además áreas emergentes como la protección animal en coordinación con la Corporación Regional del Quindío, demostrando una visión adaptativa e inclusiva frente a nuevos desafíos urbanos.




Con miras al centenario en 2027, la institución planea un homenaje de escala internacional, la recuperación de su emblemático carro escalera y una ambiciosa agenda ambiental, que comprende la siembra de árboles y la protección de entornos naturales. De acuerdo con la Organización Mundial de Bomberos, estas iniciativas incorporan la sostenibilidad al corazón de las políticas de emergencia y prevención.
El relato personal del comandante Arenas concluye con una reflexión acerca de la dimensión humana del oficio: ser bombero en Armenia es responder a un llamado de servicio que transforma no solo la vida de quienes forman parte del cuerpo, sino también la de la comunidad, afianzando valores de solidaridad y compromiso social en cada intervención.
¿Por qué es importante la educación comunitaria en labores de emergencia?
El papel de la educación comunitaria cobra relevancia porque ayuda a la población a prepararse para actuar correctamente ante incidentes. Programas como los talleres y simulacros que implementa el Cuerpo Oficial de Bomberos de Armenia incentivan la adopción de conductas preventivas y la gestión adecuada del riesgo, lo que contribuye a salvar vidas y minimizar daños. Según la Organización Panamericana de la Salud, la difusión de conocimientos sobre autoprotección fortalece la resiliencia colectiva frente a diferentes amenazas urbanas y naturales.
Esta estrategia educativa ha tenido impacto positivo en numerosas ciudades latinoamericanas, donde la colaboración entre cuerpos de emergencia y comunidades ha permitido reducir la gravedad de accidentes domésticos, incendios y otros episodios. Al centrarse en la capacitación y la simulación de escenarios críticos, se robustecen los lazos sociales y se promueve la corresponsabilidad en materia de seguridad pública.
¿En qué consiste la modernización de los cuerpos de bomberos?
La modernización de los cuerpos de bomberos implica actualizar su infraestructura, equipos, procesos y enfoques de trabajo para adaptarse a los retos del presente. En Armenia, este proceso se aceleró tras el terremoto de 1999, con la adquisición de nueva tecnología, el fortalecimiento de capacidades profesionales y el desarrollo de protocolos multidisciplinarios. Como lo revela la experiencia del Cuerpo Oficial, este cambio es fundamental para responder a emergencias que no corresponden solo a incendios, sino a rescates urbanos, atención de materiales peligrosos y servicios sociales.
Paralelamente, la modernización apunta a una gestión integral que contempla el bienestar del personal, el cuidado del medio ambiente y la interacción colaborativa con otras instituciones y la ciudadanía. Siguiendo los lineamientos de organismos internacionales, este enfoque integral busca hacer frente a riesgos complejos, fortalecer la confianza pública y robustecer la seguridad de toda la comunidad.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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