Escrito por:  Redacción Bogotá
Oct 27, 2023 - 10:04 am

Se han conocido más detalles de la víctima de sicariato en Bogotá que ocurrió en la mañana de este jueves 26 de octubre. El hombre se movilizaba en un carro BMW530i, modelo 2010, por la calle 183 con carrera novena junto a su hijo, quien también murió al recibir una de las balas por parte de los delincuentes. 

(Vea también: Aumenta recompensa por sicarios que asesinaron a padre e hijo en el norte de Bogotá)

Por ahora, la atención de las autoridades está centrada en Carlos Ernesto Gaviria Camacho, como ha sido identificado el asesinado. Este hombre de 55 años es un administrador de empresas nacido en Bogotá y quien aparece como el único accionista de la empresa Gamma Inmobiliaria S. A. S., según informó El Tiempo.

Además, antes de dedicarse a los negocios inmobiliarios, el citado periódico estableció que este hombre tuvo a su disposición un esquema de seguridad cuando se movía en la industria de consultorías informáticas. Ahora lo que se quiere establecer es cuál de sus actividades estaría relacionada con el atentado del que fue víctima.

Hay varios procesos donde aparece como demandante y demandado. El caso que más ha llamado la atención es el que lo vincula con un multimillonario pleito por unas propiedades ubicadas entre las calles 191 y 193, en el norte de Bogotá, de acuerdo con el rotativo. 

El negocio está ligado con la extraña desaparición de 4 personas en noviembre de 1996, en las que estuvo involucrado un sacerdote identificado como Jesús Barahona Castro, quien además es el fundador del famoso instituto Ipler en Bogotá. Existe una versión que indica que el cura era propietario de un predio denominado ‘El Carmen’, que otros vinculan a la familia Torres Calvo, que habría intentado apropiarse de ese terreno de 100 hectáreas, según el citado medio.

Los nexos de Gaviria Camacho aparecen en este caso en el momento en el que el sacerdote desaparecido creó una sociedad denominada Cristo Lector Ltda., la cual fue adquirida en una parte por el hombre asesinado y por otra persona, que tenían relación con algunos allegados al sacerdote que quedaron con esa herencia, de acuerdo con el citado diario. 

En El Tiempo no hacen la aclaración sobre lo que pasó con el sacerdote, pues se desconoce si desapareció o fue declarado como muerto. Al final de la transacción quedaron dos accionistas de apellido Barahona y los dos nuevos accionistas, entre ellos Gaviria Camacho, quien se quedó con la mayor parte: un 62 por ciento.

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La sociedad fue disuelta años después, pero el 20 de enero de 2020 Gaviria Camacho la resucitó. Según consta en una acta de una junta extraordinaria de la sociedad en mención, ese día no se presentaron todos los socios, por lo que el asesinado fue ungido como presidente. Ahora, investigadores judiciales están desempolvando ese expediente e intentan establecer si tuvo relación con el ataque sicarial del que fue víctima, según el medio de comunicación.

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