
Colombia atraviesa una transición climática en medio del inicio de la temporada seca, pero aún persisten las lluvias intermitentes en amplias regiones del país, luego de la fuerte sequía que aquejó a casi toda la nación durante una buena parte del año 2024.
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El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha ido entregando su pronóstico oficial sobre el clima, luego de que ciudades como Bogotá han tenido jornadas de intensas lluvias y lapsos en los que el sol ha aparecido tímidamente detrás de las nubes a lo largo de la semana que culmina.
De acuerdo con el análisis de la mencionada entidad, las lluvias más intensas afectarán el centro y sur de la región Caribe, el norte de la región Andina, el norte y occidente de la región Pacífica, y sectores amplios de la Orinoquía y la Amazonía. Estas precipitaciones serán más frecuentes durante las tardes y noches. En Bogotá, el instituto recomienda no salir sin paraguas, debido a la alta probabilidad de lluvias de intensidad baja a media, con cielo nublado durante estos días.




Cómo estará el clima en Bogotá la próxima semana
Para la semana del 7 al 11 de julio, se espera clima dispar (como es sana costumbre) en la capital. El lunes y miércoles podría traer de nuevo algo de sol en algunos sectores, mientras que el martes, jueves y viernes se presentarían lluvias moderadas y sectorizadas.
En otras regiones del país, el Ideam comunicó en días pasados que la actividad eléctrica podría impactar zonas marítimas del Pacífico colombiano y el suroccidente del Caribe. Departamentos como Nariño, Valle del Cauca, Chocó, Putumayo y Meta podrían experimentar tormentas eléctricas. En contraste, San Andrés y Providencia mantendrán condiciones mayormente secas, con lluvias ocasionales.
Gradualmente, las precipitaciones deberían ir descendiendo en buena parte de Colombia en las próximas semanas, por lo que se espera que hacia finales de julio pueda darse un primer asomo de la temporada seca que llegaría al país durante el segundo semestre del año, y que coincidiría con los ocurrido en 2024, en el que al menos 6 meses de sol y ausencia de lluvias crearon varios estragos en Bogotá y otras ciudades.
Por ejemplo, la capital vivió meses de intenso calor que provocaron serios incendios en los cerros orientales y que consumieron miles de hectáreas de bosques y causaron la muerte de pájaros y otros animales que residen en los alrededores de los cerros tutelares, en lo que las llamas impactaron la vida rutinaria de localidades como la de Chapinero y Usaquén, en las que el humo y la ceniza ingresaron a las viviendas durante casi dos semanas, hasta que las llaman fueron extinguidas por los bomberos.
Esa misma emergencia con el clima conllevó al famoso racionamiento de agua, medida que se dio en las 20 localidades y municipios aledaños a la capital, en la que la Alcaldía de Bogotá restringió el suministro de agua desde los embalses que surten a la ciudad (durante 9 turnos), que se alargó por más de un año, hasta el pasado 12 de abril, y que se conjuró con la llegada de las lluvias, de nuevo, durante 2025.
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