
El martes 21 de enero, Lenis Paola Martínez vivió unas de las horas más angustiantes de su vida tras ser secuestrada por Duván Ardila, su excompañero sentimental, y dos hombres armados que irrumpieron en su apartamento ubicado en el barrio Castilla de Bogotá. Según el relato de la afectada, el incidente dejó a sus hijos amarrados y amordazados mientras ella era raptada.
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Este caso, que conmocionó no solo a la comunidad sino también a las autoridades, fue cubierto por Noticias RCN, que entrevistó a la víctima tras su rescate. Martínez detalló cómo fue rociada con gasolina, lo que le causó quemaduras, y compartió las amenazas de muerte que había recibido. “Yo sentí que era el fin de mi vida. Yo dije: ‘De esta no me salvo'”, relató visiblemente afectada.
La situación comenzó a la 5 de la mañana cuando Ardila, acompañado de dos individuos, accedió al conjunto residencial y posteriormente al apartamento. Las cámaras de seguridad grabaron el vehículo gris en que se movilizaban y su movimiento hacia el parqueadero con Martínez ya secuestrada.
De acuerdo con lo expuesto por la víctima, el principal motivo detrás de su secuestro era la venganza, buscando hacer sufrir tanto a ella como a su familia. Sin embargo, la valentía de Martínez y una estrategia astuta resultaron vitales para su rescate. Al pedirle a su captor que saliera a comprar algunos artículos necesarios, se creó la oportunidad para que el Gaula actuara, logrando rescatarla en una vivienda alquilada en Suba, zona norte de la capital.
“[Me roció] con Gasolina, me la esparció del ombligo hacia abajo. De hecho, tengo quemaduras de ese líquido inflamable”, señaló.
Cómo fue el rescate de Lenis Martínez en Bogotá
En un operativo coordinado, la Secretaría de Seguridad de Bogotá y el Gaula capturaron a Ávila. Además, un mensaje de voz que la víctima fue forzada a grabar resultó ser clave para las autoridades en la localización de su paradero.
Previo a este incidente, Martínez había interpuesto una denuncia contra Ardila, alegando amenazas y acoso constante. Según manifestó, aunque había proporcionado pruebas, estas no fueron consideradas suficientes en su momento.
Este grave evento puso de manifiesto la necesidad de mayor atención y acción por parte de las autoridades en casos de violencia y amenazas domésticas. Lina Martínez, hermana de la afectada, confesó que desde hace meses la situación era insostenible, describiendo cómo debía transportar a Lenis en su vehículo a diario para evitar encuentros indeseados con Ávila.




La persecución era tal que Lenis sentía su vida y la de sus hijos en constante peligro. Lenis hizo un llamado final para que se fortalezcan los mecanismos de protección para las mujeres en Colombia y que las autoridades tomen con seriedad las denuncias de amenazas.
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