Cindy Yareniz Ayala Valbuena, una madre cabeza de hogar de 35 años, lucha por recuperar su vida tras quedar en medio de un atentado en el centro de Bogotá en marzo de 2024. La mujer, quien trabajaba como vendedora y dependía de su motocicleta para movilizarse, sufrió dos heridas de bala en la cabeza cuando compraba repuestos en un taller.
El ataque, dirigido contra un comerciante amenazado por extorsionistas, dejó a Cindy con graves secuelas. Uno de los disparos la dejó en coma durante ocho días. Su recuperación ha sido dolorosa: pasó un mes hospitalizada y, como consecuencia del ataque, perdió completamente la vista.
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A casi un año del atentado, ni la familia ni la víctima han recibido avances en la investigación por parte de la Fiscalía.
“Soy una madre que perdí mi vista por algo que no cometí. Quiero que los responsables paguen por lo que hicieron, no solo por mí, sino por todas las víctimas de esta violencia que afecta a tantos inocentes”, expresó Cindy en El Tiempo.
Su hermana denuncia que, pese a la existencia de grabaciones de cámaras de seguridad y a que la Policía conoce a los responsables del ataque y la red de extorsión que opera en la zona, no se ha hecho justicia.
“Mientras nosotros sufrimos, un año después no ha pasado nada en la investigación. No le han puesto ni una coma a ese proceso”, afirmó en el medio señalado.
La tragedia ha impactado gravemente la vida de Cindy y su familia. Su hija depende completamente de ella y, debido a su condición, ahora enfrenta el riesgo de perder su vivienda. Su hermana ha asumido la carga económica de su tratamiento médico, mientras su madre cuida a la menor.
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“Estos delincuentes siguen haciéndole daño a mucha gente. Hoy mi hermana está a punto de perder su casa, y su hija depende de ella. No es fácil con el día a día en este país y todos los trámites médicos que hemos tenido que hacer para que ella sea intervenida”, agregó la familiar.
El caso ha sido expuesto por el concejal David Saavedra, quien exige que las autoridades actúen con celeridad para capturar a los responsables. La familia de Cindy clama por justicia y por la atención urgente del Estado para garantizar su bienestar y el de su hija.
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