Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Marizol Gómez   Ago 30, 2024 - 10:52 am
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El debate por la seguridad en Bogotá atraviesa un contrasentido pues, mientras las cifras oficiales señalan que vienen disminuyendo las modalidades de hurto que más quejan a la ciudadanía, como el robo de teléfonos, bicicletas y automotores, la sensación de inseguridad sigue creciendo.

Por ello, uno de los debates de control político en el Concejo esta semana giró en torno a la crisis de seguridad, esta vez, con el foco en la incidencia del delito de receptación, es decir, quienes se dedican a la compra y venta de elementos hurtados, problemática que, incluso, atraviesa la esfera de la cultura ciudadana, pues sin la complicidad de quienes acuden a ese mercado negro, su incidencia no sería tan compleja.

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“La receptación se debe abordar, no solo de la mano de las autoridades, sino de manera integral, con estrategias para fortalecer la cultura ciudadana. Mientras la demanda de elementos robados continúe, no bastará con las intervenciones policiales. Vamos tres administraciones continuas sin solucionar este problema que, además, es una problemática nacional”, señaló, el concejal Marco Acosta.

¿Quiénes están realizando los hurtos en la ciudad? ¿Cuáles son los roles que están fallando para que le hurto sea un delito que se volvió paisaje? ¿Cuáles son las estrategias para atacar los mercados negros y de economía informal en la ciudad? Fueron algunas de las preguntas planteadas por el cabildo que suscitaron el debate.

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Mejorar el estado general de la inseguridad ha sido la promesa de todas las administraciones. Sin embargo, la meta resulta siendo el talón de Aquiles, pues así las cifras denoten reducción, la percepción ciudadana es otra. “El delito de hurto en Bogotá no ha disminuido en la última década. En parte, porque se han constituido distritos territoriales donde la receptación es pan de cada día”, señaló ante el Concejo el secretario de Seguridad, César Restrepo.

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