El Batallón de Artillería La Popa fue protagonista de la infamia. En medio de la audiencia de reconocimiento de 12 militares que hizo la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) se revelaron hechos horrorosos.

El exsoldado Yeris Andrés Gómez Coronel dijo en medio de su declaración que, “acepto mi responsabilidad que se me imputa como ejecutor material en asesinato en persona protegida, desaparición forzada, encubridor y colaborador de los paramilitares entre los años 2002 y 2005”. Esas palabras resonaron en la sala ante la JEP.

(Lea acá: Nuevas revelaciones por los ‘falsos positivos’ ocurridos en el Batallón La Popa)

En el Batallón La Popa se ejecutaban civiles por medio de dos modalidades principalmente: bien fuera en alianza con paramilitares o eligiendo a sus víctimas entre personas en condiciones de vulnerabilidad. Este batallón queda en la capital del departamento del Cesar, una zona que sufrió violencia a manos de los paramilitares, la guerrilla y de las fuerzas armadas del Estado.

La lista de los 12 militares que comparecieron el 18 de julio y que eran parte del Batallón La Popa Valledupar, Cesar son: Alex José Mercado Sierra, Carlos Andrés Lora Cabrales, Eduart Gustavo Álvarez Mejía, Efraín Andrade Perea, Elkin Leonardo Burgos Suárez, Elkin Rojas, Guillermo Gutiérrez Riveros, Heber Hernán Gómez Naranjo, José de Jesús Rueda Quintero, Juan Carlos Soto Sepúlveda, Manuel Valentín Padilla y Yeris Andrés Gómez Coronel.

El sargento (r) José de Jesús Rueda Quintero en su relato y declaración deja claro que lo que pasó en el departamento del Cesar era una máquina criminal que tenía como único objetivo aumentar los positivos en combate de manera fraudulenta e ilegal. En su declaración detalla cómo funcionaba esta maquinaria de fabricar bajas y ejecuciones extrajudiciales, conocidas en el país como ‘Falsos Positivos’. Rueda Quintero llegó al batallón de artillería La Popa en 2002 y su vida cambió para siempre. Nunca antes había oído en sus años de carrera de esta forma de proceder del Ejército colombiano.

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“Recibimos a Wilfrido Chantrix Quiroz para darlo de baja. Ya lo traían con armamento de las autodefensas de alias ‘JJ’. Le dije: ¿usted es guerrillero? ¿Usted conoce de la región? Me dijo: ‘Sí’. Se dio la orden de darlo de baja. Posteriormente nos enteramos de que no era ningún guerrillero, sino era una persona del pueblo y aparte de eso tenía un problema de salud. Empecé a entender en mi sentir que había perdido el norte, mi esencia, mi naturaleza”, contó el sargento (r) José de Jesús Rueda Quintero el militar. Chantrix Quiroz era un reciclador con deficiencias mentales.

Gómez Coronel dijo algo que dejó atónitos a todos los que estaban en la sala de audiencias de la JEP: “El comandante del Batallón La Popa, en el rancho de tropa, me dio 100 mil pesos y también les compró un arroz chino a todo el grupo especial. No nos merecíamos eso porque violamos los derechos de las personas”.