Directivos de la central de abasto mayorista de Armenia Mercar tomaron la decisión de emprender un proceso a mediano plazo que convierta al complejo logístico en la primera central de abastos de Colombia en alcanzar niveles de basura cero, traducidos en un ambicioso proyecto de economía circular, una larga carrera que demandará el compromiso de los 600 empresarios, las 4.000 personas que laboran allí y, en general, el público flotante que visita las instalaciones diariamente, que puede llegar a 10.000 clientes.

Después de diversas reuniones, entre ellas, con los directores y gerentes del Sena Quindío, la Corporación Autónoma Regional del Quindío, CRQ, y Empresas Públicas de Armenia, EPA, Mercar comenzará un proceso progresivo que tendrá varios pasos previos.

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“Mensualmente producimos, en promedio, 300 toneladas de residuos -90% orgánicos y 10% reciclables-. Adelantamos en las últimas horas una concertación con la CRQ, para que ellos nos acompañen en todo el proyecto”, dijo Estella Cuervo Acevedo, gerente de Mercar.

La central comenzará con la sensibilización de un grupo interno de multiplicadores que se encargará de la selección, separación y clasificación en la fuente, con el fin de aprovechar buena parte de esos productos. “Estamos buscando capacitarlos y certificarlos con el Sena”.

Aquellos alimentos que se encuentren en buen estado (frutas y verduras aptas para consumo humano) serán donados a diversas fundaciones de manera coordinada; otro tipo de productos serán destinados a las reservas en donde hay cientos de animales silvestres a cargo de la CRQ, que demandan alimentos perecederos, y aquellos productos que definitivamente haya que desechar serán entregados a la EPA para su disposición final. 

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“En el caso de las 30 toneladas mensuales de cartón, vidrio o plástico, ese material será entregado a una empresa recuperadora, con el fin de que sea aprovechado para su respectivo reciclaje. Progresivamente nuestra meta es ir bajando los volúmenes de desechos, hasta llegar a cero”, aseguraron las directivas del centro de comercialización.

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Simultáneamente, el equipo administrativo de Mercar va a explorar, valorar y evaluar la posibilidad de montar una biofábrica, con la que se pretende contribuir a la producción de abono orgánico. 

Dicha iniciativa busca se convierta en la punta de lanza de su política de responsabilidad social empresarial, a través de una ONG propia, que permitirá generar un número interesante de empleos directos, al mismo tiempo de ser muy solidarios con el medio ambiente.