La delincuencia en sus diferentes expresiones sigue campeando en Bogotá pese a que las autoridades están advertidas. Y se continúan cometiendo delitos que en otras ocasiones han tenido impacto mediático sin que haya alguien que les pueda poner una talanquera.

Uno de esos delitos es el robo a personas mediante el uso de drogas en establecimientos públicos. Los criminales aprovechan cualquier descuido de sus víctimas para echarles algo en las bebidas, una modalidad que, incluso, les ha costado la vida a varias personas en la ciudad.

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Está vez, el afectado fue el abogado Andrés Díaz, que el viernes 8 de julio salió a compartir con amigos. Primero a un bar en el norte de Bogotá, pero después terminó solo con uno de ellos en un establecimiento de la en la calle 100 con carrera 17.

Al hacer memoria de lo poco que recuerda, Díaz dijo en Semana: “Me estaba tomando unos tragos en ese bar y hasta ahí recuerdo. El sábado amanecí tirado en el piso, golpeado, en un lugar desconocido para mí. Estaba completamente desorientado. Me di cuenta de que me habían robado la cédula y mi tarjeta débito”.

Con esos dos documentos en sus manos, los delincuentes hicieron fiestas en muy poco tiempo, lo que ahora también tiene a Díaz ahogado en un mar de dudas sobre la actitud no solo de los que les vendieron artículos a los delincuentes, sino de Bancolombia, en donde tiene su cuenta de ahorros. La entidad, según él, no le dio ningún aviso ni bloqueó su tarjeta ante la avalancha de compras.

Hicieron todas las compras en un lapso de tres horas y me parece extraño que el banco no haya bloqueado la tarjeta por transacciones inusuales, porque eran compras de muy alta cuantía y en poco tiempo”, agregó Díaz en la revista. “Por ejemplo, en una joyería gastaron 72 millones de pesos; en otra joyería, con menos de 20 minutos de diferencia, fueron 80 millones de pesos; también compraron celulares, electrodomésticos, perfumes y nadie se percató de lo que estaba sucediendo”.

Consultada por Pulzo al respecto, esa entidad bancaria respondió: “Bancolombia se encuentra al tanto de lo sucedido y permanece dispuesta a colaborar en lo que sea necesario para que las autoridades puedan avanzar en su labor de investigación“.

Otro aspecto que llama la atención de Díaz, y que hará parte de las investigaciones en este caso, es que no le llegó ningún mensaje o llamada del banco a su celular para corroborar que la persona que estaba haciendo semejantes compras era efectivamente el titular de la cédula y de la tarjeta débito.

De acuerdo con la revista, Díaz fue a Medicina Legal para que lo valoraran y “el diagnóstico fue claro: había sido drogado”.