Así quedó evidenciado en un video de Noticias Caracol, en el que se escuchan los gritos de rabia e indignación de las personas que lo esperaban a las afueras del despacho judicial de ese municipio cundinamarqués.

El hombre salió fuertemente custodiado por varios uniformados que impidieron que la turba lo atacara.

Luego, lo subieron a un vehículo y trasladaron a una celda de paso, mientras un juez decide si lo envía a una cárcel de seguridad, añadió el informativo.

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Durante varias horas, Ospino Castro estuvo en la diligencia judicial, donde la Fiscalía lo acusó de los delitos de secuestro agravado y homicidio agravado, cargos que no aceptó, pese a que horas antes —durante su captura en una vereda de San Carlos de Guaroa (Meta)— le reconoció a la Policía el crimen de su hijastra María José Ospino Pineda.

Por el crimen de la bebé varios vecinos lamentaron en el noticiero: “Ese señor no tiene sentimientos. No merece vivir”. “Da tristeza saber que una persona es tan inhumana con una criatura inocente de 4 meses. Que lo castiguen”, “Esto no tiene nombre. Esto es un premio, que vaya a la cárcel a asegurar sus tres golpes. Asesinos, no más por favor”.

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Por los delitos imputados, el hombre podría ser condenado a una pena superior a los 50 años de cárcel.

Ospino Castro es acusado por las autoridades de raptar a la niña en una vivienda de Chía, el pasado sábado a las 5:00 de la tarde, luego de sostener una discusión su pareja (mamá de la bebé). Asesinarla horas después y sepultarla en una zona boscosa del cerro la Valvanera, en ese municipio.