El jueves 18 de abril se registró un hecho que aterrorizó a Medellín. Se trata del asesinato de un urólogo en la Clínica Medellín, en El Poblado. Un paciente atacó con un arma de fuego a Juan Guillermo Aristizábal, un reconocido médico que lo había operado tres años atrás.
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Luego del homicidio, el atacante —identificado como Jhon Ferney Cano González, de 34 años— provocó el incendio del consultorio al sentirse atrapado. La Policía asegura que llegó al lugar e intentó persuadirlo para que se entregara. Sin embargo, después de escuchar un par de disparos, encontraron su cuerpo en el baño.
Una semana después del crimen salió a la luz que el hombre escribió ‘Memorias de un loco sensible’, un texto de más de 360 páginas donde explica el problema médico que tenía, el cual, según él, desencadenó una circuncisión que le hizo el doctor. Allí, Cano asegura que se vengaría del médico.
Ahora, un mes después del aterrador suceso, los hermanos de Cano hablaron en Los informantes de Caracol Televisión sobre los complicados días que él pasó, aseveraron, por cuenta de la cirugía que le hizo Aristizábal.
Alexander, uno de los hermanos de Cano, relató que el señalado asesino pasó varios años con un dolor insufrible en su zona genital, pues la cirugía que le practicó el urólogo habría empeorado un dolor que tenía en el miembro, que fue el motivo de consulta.
“Me dijo: ‘Tengo mi pene destruido. Estoy prácticamente sin miembro’ y comenzó a llorar. Se tomó unas fotos donde se veía que fue como un corte exagerado. Los dolores con las pastillas no se solucionaban. La infección estuvo durante varios días. Fue bastante duro para él la verdad”, mencionó el hermano del homicida en el mencionado programa.
Según el hermano de Cano, el hombre quedó con el miembro desfigurado y con una cicatriz. Durante muchas noches tuvo episodios fuertes de dolor que no lo dejaban dormir y parecía gravemente perturbado.
Por los problemas que, según los hermanos de Cano, le ocasionó la cirugía, él empezó a asistir a citas de psiquiatría, ya que su salud mental también se vio afectada. A esa situación se sumó la muerte de su madre, lo que lo llevó a una profunda crisis.
“Para mí, es un traidor, un estafador, un mediocre, un aprovechado, un torturador y un mutilador que representa la figura de mi verdugo. Es un monstruo, un animal que debe ser cazado, un demonio que debe ser ajusticiado sin piedad”, era una de las declaraciones de Cano en su libro, según mostraron en el programa.
Tan solo unos días antes de cometer el crimen, Cano escribió que se vengaría del urólogo por las complicaciones físicas y mentales que, según él, fueron causadas con la circuncisión que le hizo Aristizábal, algo que es negado por colegas del fallecido.
“Enfermo y perturbado, y después de mucho rogar y de haber hecho lo que me dijeron que hiciera, todo ello en vano, he decidido que el individuo que mutiló vilmente mi miembro viril debe morir”, señala el libro, lo cual fue cumplido por Cano en la Clínica Medellín, cambiando la vida de su familia y la del urólogo.
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