Alrededor de unos 250 indígenas, entre ellos niños y madres embarazadas, se asentaron en la entrada de un colegio público de Medellín, ubicado en le sector de Niquitao, con el propósito de exigir recibir una atención por parte de la administración municipal por supuestos incumplimientos.  

Esta comunidad de indígenas hacen parte del grupo que se tomaron las instalaciones de la Alcaldía de Medellín, es decir, los Embera Katío. En aquella toma hace unos meses hubo disturbios y daños. Luego de esta situación, fueron ubicados en el Coliseo Carlos Mauro Hoyos mientras se llegaba a un acuerdo, pues había denuncias de que esta comunidad utiliza a los menores de edad para la mendicidad en sectores como Provenza y Parque Lleras. 

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“Queremos que nos ayuden para poder trabajar mientras regresamos a los territorios, no nos dejan ir a pedir ayudas”, manifestó uno de los indígenas.

Respecto al tema, en febrero la administración llegó a un acuerdo con la comunidad y estableció que los niños de hasta dos años de edad, podían estar en espacios públicos con sus padres, vendiendo artesanías, desde las 7:00 a. m. hasta las 6:00 p. m., luego de ese horario quedaba prohibido.

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Pero con este nuevo asentamiento, aproximadamente unos 360 estudiantes del colegio Héctor Abad Gómez no pueden ingresar a las aulas, pues en la entrada de la institución hay colchonetas, cambuches, ropa y alimentos.

“Esta situación ha generado problemas de salubridad, algunos padres de familia tienen susto por los problemas de salud y no envían a los estudiantes porque se ha identificado problemas respiratorios”, aseguró el coordinador Jorge Ramírez, de acuerdo con Blu Radio.

Ante esta situación se espera que a finales del mes de mayo 850 indígenas retornen a sus territorios en el departamento del Chocó.