Varios medios estadounidenses anuncian la visita, que sigue sin confirmarse de manera oficial, aunque se adelanta que Zelenski se dirigirá al Congreso estadounidense y se reunirá con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca.

El martes durante su viaje a Bajmut, el presidente ucraniano recibió una bandera firmada por combatientes y anticipó: ·”Se la entregaremos al Congreso estadounidense, al presidente estadounidense. Les agradecemos su apoyo, pero no es suficiente…”.

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo este martes a los miembros del Congreso en una carta que deberían asistir presencialmente a la sesión nocturna del miércoles para una sesión “particularmente dedicada a la democracia”, sin dar más detalles.

El Congreso estadounidense está listo para aprobar una nueva ley de presupuesto con 44.900 millones de dólares de ayuda adicional para Ucrania, mientras se espera que Biden anuncie un nuevo paquete de armas para Kiev que incluye misiles Patriot, según informaron medios el martes.

De confirmarse la visita, el presidente ucraniano pasaría en apenas algunas horas de estar en el frente de batalla a la sede del Congreso estadounidense. Se trata del primer viaje internacional de Zelenski desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero.

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La sorpresiva visita de Zelenski a Bajmut parecía un desafío a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que al mismo tiempo entregaba condecoraciones en el Kremlin a soldados y líderes separatistas prorrusos del este de Ucrania. Zelenski “se reunió con militares, habló con ellos y condecoró a nuestros soldados”, indicó el servicio de prensa de la presidencia ucraniana, sin aportar más detalles.

El mandatario ya había visitado la línea del frente en otras ubicaciones, pero este parece el viaje más arriesgado hasta ahora dado que las tropas rusas han reivindicado la captura de pueblos y zonas situadas a las puertas de Bajmut, aunque la ciudad se mantiene bajo control de Kiev.

Las tropas de Moscú llevan intentando apoderarse de Bajmut desde hace meses, con la ayuda de mercenarios del grupo paramilitar Wagner. La ciudad, ahora asolada por los combates, era conocida por sus viñedos y salinas, y contaba con una población de unos 70.000 habitantes antes de la invasión rusa de febrero.

En los últimos meses, Bajmut se ha convertido en escenario de bajas aparentemente masivas en ambos bandos como resultado de una guerra de trincheras, ataques de artillería pesada y asaltos frontales. Los soldados rusos aseguran tener el control de aldeas y zonas situadas en los límites de Bajmut mientras que las fuerzas ucranianas parecen controlar la ciudad y parte de sus alrededores.

Vladimir Putin apareció el martes en televisión entregando condecoraciones a soldados rusos y personalidades políticas y empresariales en el interior del Kremlin, en Moscú. “Nuestro país se ha enfrentado repetidamente a desafíos y ha defendido su soberanía. Hoy, Rusia se enfrenta de nuevo al mismo desafío”, declaró.

Putin sacará las conclusiones del año transcurrido y fijará los objetivos de su ejército para 2023 en una reunión que mantendrá el miércoles con los altos mandos militares rusos, informó el Kremlin. El ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, informará sobre los “progresos de la operación militar especial” en Ucrania en la reunión, en la que participarán 15.000 funcionarios.

El presidente ruso no ha visitado la línea del frente ni los territorios ocupados por Rusia en Ucrania desde que comenzó la invasión. Sin embargo, a principios de diciembre apareció al volante de un coche en el puente de Crimea que une Rusia con la península, anexionada en 2014, y en octubre en un campo de entrenamiento de los movilizados.