La tregua debió comenzar este viernes 6 de enero, cuando las tropas rusas, intrusas en territorio ucraniano, dejarán de accionar sus armas hasta las 9 de la noche del sábado 7 de enero, día de la celebración navideña.

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Vladimir Putin tomó la decisión después de que Kirill, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, y Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, llamaran a cesar los combates.

“Teniendo en cuenta el llamado de su santidad, instruí al ministro de Defensa que ordene un régimen de cese al fuego en toda la línea de contacto entre los bandos en Ucrania”, anunció el autócrata en un comunicado difundido por el Kremlin.

Si se cumple a cabalidad, acerca de lo cual hay dudas en el bando opuesto, será la primera gran tregua en Ucrania desde que comenzó la invasión el 24 de febrero.

Sin embargo, el Ministerio de Defensa ruso ya se quejó de la falta de reciprocidad: “A pesar de que nuestras tropas respetan el cese, el régimen de Kiev siguió bombardeando las ciudades y las posiciones rusas”.

Al respecto, Mijaílo Podoliak, asesor presidencia en Ucrania rechazó el gesto y pidió a los invasores salir del país.

“Rusia debe abandonar los territorios ocupados, solo entonces habrá una ‘tregua temporal’. Guárdense su hipocresía”, trinó.

Anteriormente, hubo breves pausas en los combates, pero únicamente a nivel local, como durante la evacuación de civiles de la fábrica Azovstal, de Mariúpol, en abril de 2022.

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Joe Biden, presidente estadounidense, expresó que la orden de Putin no es más que un esfuerzo por encontrar un respiro en su ofensiva de casi un año.

“Estaba listo para bombardear hospitales, guarderías e iglesias” el 25 de diciembre y el día de Año Nuevo, lamentó el mandatario norteamericano durante un discurso en la Casa Blanca.

Y agregó: “Creo que está buscando algo de oxígeno”.