“La nueva ayuda irá destinada a los centros de acogida, la asistencia sanitaria y alimentaria, los servicios de nutrición, el acceso a agua potable y el saneamiento“, indicó el comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides.

El anuncio, que se inscribe en los compromisos de la Unión Europea (UE) en el Grupo de Contacto Internacional (GCI) sobre Venezuela, llega la víspera de una nueva reunión con sus socios latinoamericanos en Quito.

El envío de ayuda humanitaria a Venezuela, que enfrenta una grave crisis política y económica, es una de las dos líneas de trabajo del GCI, junto al intento de sentar las bases para la convocatoria de una elección presidencial anticipada, que rechaza Caracas.

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Sobre el primer objetivo, el grupo de contacto estudia la posibilidad de establecer un mecanismo internacional de prestación de ayuda humanitaria en cooperación con Naciones Unidas.

La UE, que distribuye su ayuda a través de organizaciones sobre el terreno, considera que esta debe estar “despolitizada” y repartirse conforme a los principios de “humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia”.

Sobre el segundo objetivo del GCI, fuentes en Bruselas estiman que “la situación está muy mal”, pero ven en este grupo, como afirmó recientemente la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, la “única iniciativa política existente” que tiene acceso a todas las partes.