El anciano se encontraba en una fiesta privada en el acuario del popular museo al aire libre de Skansen, cuando por despiste abrió con el brazo el cristal de seguridad y fue mordido en esa extremidad por el cocodrilo, que perteneció por años al expresidente de Cuba, según explicó un portavoz policial al diario Aftonbladet.

El acuario posee dos cocodrilos cubanos, de nombre Castro y Hillary, una rara especie de la que solo hay algunos centenares en el país caribeño y en algunos zoológicos en el extranjero.

Según relató al diario Svenska Dagbladet el director del acuario, Jonas Wahlström, los cocodrilos fueron entregados personalmente como un regalo por Castro a un cosmonauta ruso, cuando este estaba de visita en Cuba en 1978.

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El astronauta los cedió luego al zoológico de Moscú, que en 1981 se los ofreció a Wahlström, ya que el acuario de Skansen tenía mejores instalaciones para albergar a los animales.

El acuario informó de que se han reforzado las medidas de seguridad para evitar que se repita el incidente, pero no ha revelado cuál de los dos cocodrilos fue el agresor.