
Este lunes, 22 de septiembre, medios mexicanos confirmaron el hallazgo de los cuerpos sin vida de B-King y Regio Clown, quienes estaban desaparecidos hace varios días luego de salir del gimnasio.
Desde entonces, las autoridades mexicanas los estaban buscando incansablemente, pues hasta el mismo Gustavo Petro le pidió ayuda al gobierno mexicano para encontrarlos, pero eso no fue suficiente.
De hecho, las primeras informaciones indican que los cuerpos de los hombres estaban con un narcomensaje de la Familia Michoacana, una de las organizaciones criminales más fuertes de México.




#ÚltimaHora 🚨 Hallan sin vida a los DJs colombianos Byron Sánchez y Jorge Luis Herrera, secuestrados en #Polanco.
Los cuerpos fueron localizados en el #Edomex, desmembrados y junto a un presunto narcomensaje atribuido a la Familia Michoacana.
Info: @siete_letras pic.twitter.com/RuSMKwHvqR
— Alejandro Cacho (@Cachoperiodista) September 22, 2025
Qué es la Familia Michoacana
La Familia Michoacana es uno de los grupos del crimen organizado más conocidos y temidos en México. Su origen se remonta a inicios de la década del 2000, en el estado de Michoacán, donde nació como una organización que buscaba disputar el control del narcotráfico a otros cárteles más consolidados. Con el paso del tiempo, se transformó en una estructura criminal con fuerte presencia en la región centro del país, especialmente en Michoacán, Estado de México y Guerrero.
En sus primeros años, la Familia Michoacana se distinguió de otras organizaciones al presentarse como una especie de “guardián” de las comunidades locales. Sus integrantes difundían un discurso en el que aseguraban que defendían a la población de otros grupos delictivos, lo que les permitió ganar simpatías en algunas zonas rurales.
Sin embargo, detrás de esa fachada se escondía una organización sumamente violenta, que rápidamente se consolidó como un cártel dedicado al tráfico de drogas y a otras actividades ilegales.
El grupo se dio a conocer en el país por su extrema brutalidad. Actos como ejecuciones públicas, descuartizamientos y ataques armados contra rivales y autoridades marcaron su historia. Estas prácticas no solo tenían el objetivo de eliminar a sus enemigos, sino también de infundir terror en la población y asegurar el control de territorios estratégicos.
Además del narcotráfico, la Familia Michoacana diversificó sus fuentes de ingresos con la extorsión, el secuestro y el cobro de cuotas a comerciantes, transportistas y productores locales. Este modelo criminal les permitió mantener influencia en zonas rurales, donde también han sido señalados por controlar la tala clandestina y la explotación ilegal de recursos naturales.
Aunque el gobierno mexicano llevó a cabo diversos operativos para debilitar al grupo, y varios de sus líderes fueron capturados o abatidos, la Familia Michoacana nunca desapareció del todo. Con el paso de los años, sufrió divisiones internas y perdió parte de su fuerza frente a la expansión de otros cárteles, pero logró mantenerse activa mediante células más pequeñas y flexibles.
En la actualidad, la organización sigue operando, sobre todo en el Estado de México y Guerrero. Allí, continúa disputando rutas del narcotráfico y ejerciendo control sobre economías ilegales. Su permanencia evidencia la dificultad del Estado mexicano para erradicar a fondo este tipo de grupos, que se adaptan a los cambios y resurgen pese a los golpes militares y policiales.
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