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Los combates continúan en Donbás, una vasta región minera e industrial del este de Ucrania. El ejército ruso avanza hacia la ciudad de Kostantínovka, un importante bastión en la carretera de Kramatorsk, que alberga una importante base logística del ejército ucraniano. A unos veinte kilómetros del frente, la ciudad industrial siente cómo se acerca la presión rusa, con ataques cada vez más frecuentes. Para los miles de civiles que aún viven allí, la cuestión de quedarse o marcharse se plantea con cada vez más insistencia.
Con nuestros enviados especiales a Kramatorsk, Anastasia Becchio y Julien Boileau
Un niño en un columpio, empleados municipales arreglando los parterres de flores: una apariencia de normalidad en una ciudad que, sin embargo, ha perdido a gran parte de sus habitantes y en la que las alarmas aéreas suenan constantemente con el ruido de fondo de las detonaciones.
Svitlana, empleada de la administración local, ha tomado la decisión de marcharse: “Creo que hay que irse de aquí a finales de septiembre o principios de octubre. Porque después será más difícil abandonar el lugar cuando la gente se marche en masa. Es mejor irse tranquilamente, mientras se tenga la posibilidad. La situación es bastante preocupante, ya que se está acercando. Primero fue Bajmut, luego Pokrovsk, Kostantínovka… Se está acercando a Kramatorsk”.




Acostumbrados a los bombardeos
Cada día, Kramatorsk y las localidades vecinas son blanco de bombardeos. “Estamos acostumbrados, pero a veces nos escondemos en el cuarto de baño”, confiesa Lina, de 15 años, que pasea con dos amigas. “Cuando haya bombardeos todos los días sin parar, o si mi madre se quiebra emocionalmente, o si yo digo que no puedo más, recogeremos nuestras cosas y nos iremos. Pero aquí mi madre tiene trabajo y esta es mi ciudad natal. Siempre me sentiré mejor aquí que en otra ciudad”.
A la espera de una posible partida, Lina pasa el rato con sus amigas en el parque cercano o en la cafetería y lamenta que el toque de queda la obligue a volver a su apartamento antes de las 21:00.
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