“Hoy tomé mi primer mate. Me gustó, mi equipo pensó que estaba muy claro en la conferencia de prensa, debe ser el mate que me aclaró la mente”, dijo risueño para romper el hielo en una charla ante jóvenes emprendedores.

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En un auditorio colmado en el complejo Usina de Arte, del barrio porteño de La Boca, Obama se confesó “fascinado” con la ciudad de Buenos Aires.

Como aficionado al básquet, el mandatario elogió al alero argentino Emmanuel Ginóbili, oro olímpico con la selección argentina y estrella de la NBA en San Antonio Spurs, rivales del equipo preferido de Obama, Chicago Bulls.

Sin embargo, en el renglón deportivo, lo que más lamentó fue irse sin poder conocer a Lionel Messi, el astro de la selección argentina de fútbol y del FC Barcelona.

“Quise conocer a Messi, pero eso no lo pude lograr”, dijo con una sonrisa al confesar que sus hijas también querían conocer a la ‘Pulga’.

Messi, junto al resto del plantel que conduce Gerardo Martino, está concentrado en las afueras de Buenos Aires antes de partir el jueves a Santiago para jugar contra Chile por la clasificatoria al Mundial de Rusia-2018.

Más temprano en la conferencia de prensa conjunta que ofreció en la Casa de Gobierno con su homólogo argentino, Mauricio Macri, Obama contó que en sus años de estudiante universitario supo del mate en sus lecturas de autores argentinos.

“Cuando estaba en la universidad yo leía a (José Luis) Borges y (Julio) Cortázar y ellos hablaban de mate, entonces dije ‘tengo que ir a Buenos Aires a probar mate'”, relató.

Por la noche se le ofrecerá a él y su familia una cena de honor en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires, con un menú que incluirá cordero patagónico, con vino Malbec, cepa estrella entre los tintos argentinos.

Como presente, Macri le regaló una bicicleta eléctrica hecha con tecnología argentina, mientras que su esposa recibió de la primera dama argentina un poncho de vicuña, un camélido andino típico de sudamérica.

AFP

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