Los primeros gobiernos en restringir todos los vuelos internacionales procedentes de Reino Unido fueron los de Bélgica, Italia y Holanda, quienes adoptaron esta medida desde el domingo para evitar la propagación de la nueva cepa del coronavirus.

Francia, por su parte, también anunció la suspensión de las conexiones por tierra, mar y aire con la nación británica. Incluso, este lunes fueron colocados varios carteles en las autopistas del sur de Inglaterra, que alertaban a los viajeros del cierre de las fronteras con el país galo.

“Debido a la nueva mutación de la enfermedad infecciosa, las autoridades se proponen establecer restricciones a los viajes entre Alemania y el Reino Unido”, manifestó Martina Fietz, viceportavoz del gobierno germano.

España, Suiza, Portugal, Rusia y Austria son otros de los países que prohibieron todo tipo de conexión con el Reino Unido. De igual manera, Colombia, Argentina, Chile, Perú y Canadá también decretaron esta misma media.

 

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Aunque no es más severa y letal que las anteriores mutaciones, Matt Hancock, ministro de Sanidad británico, admitió en una entrevista con Sky que esta nueva cepa del COVID-19 es hasta un 70 % más contagiosa.

“Desgraciadamente, esta variante estaba fuera de control. Debíamos retomar el control. Es la única forma de hacerlo, restringir los contactos sociales”, puntualizó Hancock en este mismo medio.

Por miedo a la propagación de la nueva cepa, Boris Johnson volvió a imponer medidas de confinamiento para Londres y el sureste de Inglaterra. Esta alerta máxima implica que no podrán llevarse a cabo reuniones entre miembros de distintos hogares durante la Navidad y Año nuevo.

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