Hace poco más de cinco meses, la Nasa llevó a cabo la misión DART, en la cual una nave de la agencia desvió el asteroide Dimorphos. Esta fue la primera prueba de defensa planetaria que se ha hecho, es decir, la primera prueba para saber si sería posible desviar un asteroide potencialmente peligroso para la Tierra, si se necesitara.

Aunque desde que se realizó la colisión se concluyó que la misión logró, efectivamente, desviar la trayectoria del asteroide, hasta ahora no se conocían datos más específicos sobre el momento del choque y sus consecuencias. Ahora, cinco estudios publicados en la revista Nature describen los momentos finales de esta misión y cómo afectó al asteroide.

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Tal vez la conclusión más grande es que la misión fue más exitosa de lo que se esperaba, aunque no todo se puede atribuir al impacto con la nave DART. Por ejemplo, uno de los aspectos más exitosos fue la cantidad de tiempo en que se logró acortar la órbita del asteroide. Antes del impacto, esperaban acotar la órbita que normalmente dura 12 horas unos 10 minutos, indicó Tony Farnham, uno de los científicos involucrados en la prueba, a través de un comunicado

“Pero tras el impacto, descubrimos que el período orbital se acortó aún más, reduciendo en algo más de 30 minutos”, agregó. Esto es importante, porque, si se tratara un asteroide en camino a impactar la Tierra, este cambio en el período orbital sería suficiente para evitar la colisión con nuestro planeta.

¿Qué causó un menor tiempo en la órbita? Además del impacto de la nave, hubo un “empuje adicional” de las grandes cantidades de escombros del asteroide que salieron a volar cuando se produjo el impacto. “Fueron tantos los restos expulsados por el impacto que Dimorphos fue empujado aproximadamente 3,5 veces más en comparación con el impacto de la nave DART por sí sola”, explicó en el comunicado Derek Richardson, jefe del grupo de trabajo de la investigación DART.

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En otras palabras, agregaron los investigadores en ese texto, el material expulsado actuó como una especie de chorro para empujar a la luna (Dimorphos) aún más fuera de su órbita original. Otro factor que potenció el impacto de la nave de la NASA es que esta colisionó en un punto situado a unos 25 metros del centro del asteroide, lo que maximizó la fuerza de su impacto.

En total, los científicos encontraron que la colisión expulsó al menos un millón de kilogramos de roca de la masa de 4.300 millones de kilogramos del asteroide.

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Los resultados de la misión, en general, son muy alentadores para los científicos. “Todavía no podemos detener los huracanes ni los terremotos, pero en última instancia hemos aprendido que podemos evitar el impacto de un asteroide con tiempo, avisos y recursos suficientes”, manifestó Richardson. El mensaje es que, con tiempo suficiente, “un cambio relativamente pequeño en la órbita de un asteroide haría que no llegara a la Tierra, evitando que se produjera una destrucción a gran escala en nuestro planeta”.

Los científicos esperan obtener más detalles sobre las consecuencias del impacto cuando se lance la próxima misión Hera de la Agencia Espacial Europea, en octubre de 2024. Para 2026 o 2027, “la nave espacial Hera volverá a visitar el sistema binario de asteroides que contiene Dimorphos y Didymos y evaluará por primera vez las propiedades internas de ambos asteroides, proporcionando un análisis más detallado de los efectos del impacto DART en el sistema y de la geofísica que subyace a la formación del sistema solar”, indicaron los científicos de DART en un comunicado.