Una amiga de la familia del joven de Florida que mató a 17 personas en un liceo de Parkland en febrero contó el martes que estaba tan asustada por el comportamiento del muchacho que llamó 3 veces al teléfono de emergencias 911 antes de la masacre.

Rocxanne Deschamps era vecina y amiga de la madre de Nikolas Cruz, Lynda, y tras la muerte de ésta, en noviembre, se ocupó del perturbado adolescente de 19 años y de su hermano.

Pero en los meses en que Cruz vivió con ella, Deschamps dijo que su familia llamó a la policía temerosa de la obsesión del joven por las armas y su deteriorada salud mental.

La primera llamada se debió al descubrimiento de un recibo en la habitación de Cruz por la compra de un arma y balas, la segunda luego que el joven cavara un hoyo en el jardín trasero supuestamente para esconder un arma y la tercera cuando Cruz dio puñetazos contra una pared de la casa, agujereándola, y lastimó a su hijo mayor.

“La policía nos dijo que no podían hacer nada”, dijo llorando Deschamps.

“Conté a la policía sobre incidentes anteriores que conocía, cuando Nikolas colocó un arma en la cabeza de su madre y la cabeza de su hermano. También les conté de otras señales inquietantes”.

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Deschamps dijo que estaba “muy preocupada” de que usara la nueva arma “para lastimarse a sí mismo o a otros”.

Tras la última llamada al 911, Cruz se fue a vivir a la casa de James y Kimberly Snead, padres de uno de sus compañeros de clase.

Deschamps dijo que rogó a Cruz que buscara ayuda médica, y afirmó que el joven estaba “muy deprimido” tras la muerte de su madre pero se negaba a volver a tomar medicamentos o a ver a un terapeuta.

Nikolas Cruz ha sido acusado de 17 cargos de homicidio en primer grado tras la masacre perpetrada el Día de los Enamorados, cuando armado con un rifle de asalto entró a la escuela secundaria Parkland.

Estudiantes de todo el país convocaron a marchas masivas el próximo sábado para reclamar al Congreso que imponga restricciones a la compra y al porte de armas.

AFP