Una joven de apenas 27 años planeó y ejecutó vilmente el asesinato de sus padres adoptivos en compañía de su pareja y un amigo de este. Sin ningún sentimiento de culpa, la mujer confesó que ya no soportaba a los ancianos y decidió acabar con su vida.

La asesina fue identificada como Ana Carolina López, quien fue abandonada cuando apenas era una bebé en México. Su madre tenía VIH Sida y su padre no quiso hacerse cargo. Por lo que fue adoptada por Efrén López Tarango y Albertina Enríquez Ortegón, quienes vieron en ella la oportunidad de crear una familia.

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Sin embargo, Ana Carolina creció con resentimiento, aún más contra sus hermanos, y por obtener la herencia decidió matar a quienes eran sus padres. Siempre la veían muy reservada y poco sociable, por lo que, para su plan, buscó la ayuda de su novio, con el que llevaba poco tiempo.

En uno de los informes, se detalla la frialdad con la que actuaron: “Ana Carolina escondió a sus cómplices en la casa y cuando llamó a Albertina para que le ayudase en la cocina, uno de los hombres aprovechó para atacarla mientras perdía la vida mirando de frente a su hija. Acto seguido, le inyectaron una sustancia letal”.

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Posteriormente, asesinaron al adulto mayor de la misma manera y llevaron los cuerpos a una zona baldía y los quemaron.

Al final, el novio de Ana Carolina no soportó el peso del crimen y confesó todo ante las autoridades y terminó por hacer caer a su pareja.

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