Pero las autoridades israelíes impidieron este jueves que las dos congresistas entraran a ese país y a los Territorios Palestinos ocupados, donde eran esperadas, debido a su apoyo a la campaña de boicot al Estado hebreo. También pesó la petición del presidente estadounidense Donald Trump.

La decisión se tomó “en acuerdo” con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el ministro de Relaciones Exteriores y el ministro de Relaciones Estratégicas, precisó el ministerio.

“Estas congresistas utilizan la escena internacional para dar su apoyo a las asociaciones BDS que llaman al boicot a Israel”, añadió el ministerio.

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Justifica su decisión en base a una ley israelí que permite desde 2017 prohibir la entrada a partidarios del movimiento BDS (Boicot, Desinversión, Sanciones), que llama al boicot económico, cultural o científico de Israel para protestar contra la ocupación de los Territorios Palestinos.

Una “afrenta”

La colonización de Israel en Cisjordania ocupada y en Jerusalén Este anexionado continuó bajo todos los gobiernos israelíes desde 1967, pero los últimos años se aceleró con Benjamin Netanyahu y su aliado en Washington.

Trump consideró el jueves que Israel mostraría una “gran debilidad” si permitía la visita a Rashida Tlaib y a Ilhan Omar.

“Odian a Israel y a todo el pueblo judío, y no hay nada que pueda decirse o hacerse para cambiar su opinión”, sostuvo Trump en un tuit. “¡Son una vergüenza!”, agregó.

“Ningún país respeta más Estados Unidos y su Congreso que el Estado de Israel”, declaró Netanyahu. “Israel está abierto a las visitas con una excepción, la de gente que llama y milita por su boicot”, añadió

“Es una afrenta que el primer ministro israelí Netanyahu, bajo presión del presidente Trump, le niegue la entrada a representantes del gobierno estadounidense”, reaccionó la congresista Ilhan Omar en un comunicado.

“Un Estado que no tiene nada que esconder no se plantearía impedir la llegada de dos miembros del Congreso. Se trata una vez más de un intento desesperado de esconder la realidad al mundo”, comentó Ayman Odeh, un diputado árabe israelí.

Una alta responsable palestina, Hanan Ashrawi, denunció por su parte “un acto indignante de hostilidad contra el pueblo estadounidense y sus representantes”.

La presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi (demócrata), calificó la decisión israelí de “signo de debilidad […] por debajo de la dignidad del gran Estado de Israel”.

El lobby estadounidense proisraelí AIPAC, que no aprueba el apoyo de las dos congresistas al movimiento BDS, se opuso en cambio a la decisión de las autoridades israelíes.

“Todos los miembros del Congreso deberían poder visitar y experimentar de primera mano cómo es nuestro aliado democrático Israel”, indicó el grupo.

En el pueblo

Rashida Tlaib, que nació en Detroit (noreste de Estados Unidos), es la primera congresista estadounidense de origen palestino. Sus padres crecieron en Cisjordania ocupada.

En el pueblo de Beit Ur al Fauqa, su familia esperaba con impaciencia la llegada del “orgullo local”, que debía reunirse a partir del domingo con organizaciones locales y visitar a su familia.

“Preparamos una fiesta para ella y Ilhan. Queremos sacrificar un cordero a su llegada”, explicó a la AFP la abuela de la representante demócrata, Muftia Tlaib, de 85 años, rodeada de miembros de su familia, poco antes del anuncio de la decisión.

Para su tío Bassam, de 53 años, que dice que espera desde 2006 el regreso de su sobrina Rashida, se le ha prohibido la entrada “porque defiende a su nación y a la causa palestina”.