La provincia de Corrientes en Argentina está bajo llamas desde hace dos meses exterminando la biodiversidad de la región. La devastación ha llegado a  más de 800 mil hectáreas, en donde abundan ya los animales muertos por asfixia o alcanzados por las llamas. Otros más han sido arrollados en las carreteras cuando  intentan huir  de los incendios.

Los animales que han muerto en los incendios forestales afectados por los gases emanados por las llamas son monos, zorros, corzuelas, osos hormigueros, yacarés, lobitos de río, chigüiros. También han perecido por los ataques de perros al llegar a  zonas habitadas donde la labor de los bomberos es más fuerte porque allí se prioriza la salvaguarda de las viviendas humanas.

La zona que más preocupa a los ambientalistas y a las autoridades son los Esteros de Iberá, que se constituyen como uno de los humedales más grande del planeta, el top ten de los humedales por extensión, donde están el Gran Pantanal (Brasil, Bolivia y Paraguay), Río Negro (Brasil), Ngiri-Tumba-Maindombe (República Democrática del Congo), Golfo de la Reina Maud (Canadá), Grands affluents (Congo), Sudd (Sudán del Sur), Delta del Okavango (Botswana), Gueltas et Oasis de l’Aïr (Níger).

Los incendios están fuera de control y las autoridades no saben si los podrán controlar pronto y las pérdidas se calculan en 223 millones de dólares a los productores agrícolas, forestales y ganaderos. También ha afectado al turismo pues las puertas a uno de los humedales más grandes de latinoamérica  se encuentran cerradas. Y la biodiversidad está duramente amenazada.

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Martín Kowalewski, director de la Estación Biológica Corrientes (EBCO) dijo a medios que “La destrucción es total. Si bien en 2020 tuvimos incendios importantes, nunca habíamos visto algo así. Cuando todo esto pase, habrá que establecer alguna estrategia de recuperación de ambientes y decidir dónde es prioritario destinar recursos”.

La sequía ha prolongado los incendios: “Estamos acostumbrados a incendios que duran tres o cuatro días -explica Drews-, hasta que llega una lluvia y los apaga. Lo que está pasando ahora es que con el calor y la sequía el fuego es mucho más agresivo y cualquier chispa puede terminar en un incendio que empieza en una estancia y se traslada a las forestaciones. Ahora ya ingresó al parque Iberá”, un área protegida donde la fundación Rewilding Argentina trabaja en proyectos de reintroducción de especies extinguidas, que incluyen al jaguar, el oso hormiguero y al venado de las pampas, entre otras.