En ciudades como París, la mayoría de los transportes públicos siguen paralizados y los pocos que funcionan no dan abasto para movilizar a todos los ciudadanos que buscan llegar a tiempo a sus lugares de trabajo y estudio.

De igual manera, los accesos a la capital francesa están colapsados con más de 600 kilómetros de trancones, casi el doble de la media normal, y varias instituciones educativas tomaron la decisión de aplazar los exámenes de fin de año, debido a las dificultades que tienen los estudiantes para desplazarse.

Los franceses temen que la huelga se extienda durante las fiestas de Navidad, una época en la que los almacenes comerciales, hoteles y restaurantes tienen sus mayores ingresos en el año, y los desplazamientos aumentan en todo el país.

Jean-Paul Delevoye

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“En París, si el paro sigue, es una catástrofe total, ya que no tenemos reservas”, manifestó Franck Delvau, portavoz de la unión hotelera Umih, la cual es la principal entidad de este sector.

Adicionalmente, las federaciones, que representan a los gremios de los restaurantes y comercios, aseguraron que las pérdidas económicas podrían ser superiores al 50 y 30 por ciento, respectivamente.

Por su parte, Laurent Berger, secretario general del sindicato CFDT, señaló que “el gobierno comete un grave error en materia de justicia social y un profundo error político si persiste en aprobar la reforma”.

A pesar de que Berger pidió que haya una tregua en la huelga por las festividades de Navidad, Philippe Martinez, representante del sindicato francés la CGT, afirmó que su gremio no contempla esta posibilidad.

“Si el gobierno retira su proyecto y hablamos seriamente sobre cómo mejorar el sistema [de pensiones], todo irá bien”, concluyó este lunes Martinez.

Boris Johnson

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Finalmente, la ministra de Transición Ecológica, Elisabeth Borne, manifestó que sería muy “irresponsable arruinar las vacaciones de todos los franceses”. “Es legítimo protestar, pero se pueden respetar las fechas de fin de año, en las que todos queremos estar en familia”, concluyó Borne.

Este martes se llevará a cabo una nueva jornada de manifestaciones en todo el país, la tercera en menos de quince días, en la que los sindicatos esperan reunir a miles de personas, y obligar al gobierno de Emmanuel Macron a retirar definitivamente la reforma, que busca aumentar la edad para jubilarse, a 64 años.