Se trata del principal asesor científico del gobierno de Estados Unidos sobre la pandemia en curso, quien se ha vuelto una cara familiar por sus apariciones televisivas junto al presidente Donald Trump. Sin embargo, también ha sido uno de los más criticados por el errático manejo que le ha dado ese gobierno a la situación.

Según él, el hecho de que el virus se está expandiendo con cada vez más fuerza en el hemisferio sur, región del planeta que se aproxima al invierno, comprueba que el frío es clave para su propagación:

“Lo que empezamos a ver ahora… en el sur de África y en los países del hemisferio sur es que empezamos a tener casos que aparecen a medida que ellos se acercan a su temporada de invierno”, dijo Fauci en rueda de prensa.

“Y si, de verdad, sufren una epidemia importante, será inevitable que tengamos que estar preparados ante la posibilidad de que se repita el ciclo”, explicó.

La teoría ya había sido esbozada por el propio Trump en los albores de la pandemia, restándole importancia a lo que actualmente tiene sumido a ese país en una situación sanitaria crítica.

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Pero, además, la teoría por ahora parece no tener mayores sustentos científicos, más allá de la llegada tardía del virus a Sudamérica y África. Sin embargo, lo que su hipótesis soslaya es que otros países del hemisferio sur, en el extremo oriente ya habían recibido el impacto del virus hace meses: Australia y algunas islas asiáticas que están por debajo del ecuador tuvieron casos cuando todo parecía solo una epidemia.

Esto por no hablar de que el clima todavía es suficientemente cálido en la mayoría de países con estaciones como para hablar de la temperatura como un factor real para la propagación del COVID-19.

“Esto pone de relieve la necesidad de hacer lo que estamos haciendo para encontrar una vacuna, probarla rápidamente e intentar tener una vacuna lista para el siguiente ciclo”, añadió.

Dos vacunas se están probadas en humanos, una en Estados Unidos y otra en China, pero, aunque resulten exitosas, es poco probable que estén disponibles antes de un año, cuando menos.

También se están investigando tratamientos, entre ellos nuevos medicamentos o algunos que ya se utilizan para otras enfermedades, como la cloroquina, usada contra la malaria, pero cuyo uso indiscriminado ya mató a una persona que se automedicó en ese país.

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“Sé que lograremos detener esto ahora, pero necesitamos realmente estar preparados para otro ciclo”, insistió Fauci.