La advertencia la hace el arquitecto Francis Maude, director del estudio de arquitectura Donald Insall Associates, con sede en Londres, que participó en la restauración del castillo de Windsor.

Para él, los principales desafíos de la titánica obra en Notre Dame son la falta de artesanos calificados y el debate sobre las modalidades de la reconstrucción.

“Encontrar suficientes artesanos capaces de trabajar la piedra, la madera, el plomo, el vidrio (…) es un desafío para el sector en toda en Europa”, dijo Maude a AFP.

Notre Dame 2019

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“Otros grandes proyectos enfrentan las mismas dificultades, como el Palacio de Westminster, en el que trabajamos en Londres”, agregó.

Esta falta de mano de obra “podría ser elemento clave que determinará el ritmo y quizás algunas de las decisiones que se tomen en el proceso de restauración” de Notre Dame, advirtió el arquitecto, cuyo estudio fue solicitado para trabajar en la restauración del castillo de Windsor (oeste de Londres).

La residencia favorita de Isabel II, un castillo medieval comenzado en el siglo XI, fue devastada por un incendio en 1992. La reconstrucción llevó dos años, con una factura de 36,5 millones de libras. Las piezas más bellas recuperaron su estado original, mientras que otras fueron modernizadas.

Para Maude, el tema del respeto de la arquitectura original de Notre Dame podría provocar “serias discusiones” para su reconstrucción. “Algunos pensarán que la única forma de restaurar Notre Dame es exactamente como antes”, sostiene.

Pero la restauración podría inspirarse de los trabajos de después de la Primera Guerra Mundial en la catedral de Reims, cuyo techo fue restaurado con un de acero resistente al fuego.

“Renovación”

La catedral Notre Dame cambió además con el tiempo, recordó Maude, citando los trabajos del arquitecto francés Eugène Viollet-Le-Duc en el siglo XIX. Algunas partes de la catedral parisina podrían modernizarse, para hacerla más segura.

Pero habrá que esperar probablemente varios meses antes de que se termine la limpieza y que se evalúen los daños para determinar lo que se puede hacer.

“Hay una dificultad en particular que se me ocurre: el hecho de que la catedral esté construida en gran parte con piedras calcáreas”, continúa Maude.

La piedra calcárea, expuesta a temperaturas de más de 800 ºC, “se descompone por reacción química (…) y es entonces difícil utilizarla de nuevo”.

“Imagino que habrá gran parte de la superficie histórica de la obra que estará perdida, pero habrá quizá piedras más adentro en las paredes que podrán ser reutilizadas”.

El interior relativamente vacío de la catedral podría jugar a favor. En Windsor hubo durante siglos diferentes cambios que se tradujeron por una compleja red de espacios vacíos detrás de los muros, señala Maude.

El incendio será “quizás un símbolo de renovación” para Notre Dame, dice, evocando la posibilidad de que la restauración pueda traducir la expresión “de un temperamento artístico de nuestra época”.