El magistrado, emblema de la operación Lava Jato, indicó en su decisión que sin embargo le concede a Lula, “en consideración de la dignidad del cargo que ocupó, la oportunidad de presentarse voluntariamente ante la Policía Federal de Curitiba antes de mañana viernes a las 5 de la tarde.

El artículo continúa abajo

El expresidente brasileño asumió con serenidad la decisión de la corte suprema que lo acercó a la cárcel por corrupción y agitó el tablero político a 6 meses de las elecciones de octubre, en las cuales el líder de la izquierda es favorito.

“El presidente está bien, sereno, con la consciencia tranquila de los inocentes”, aseguró este jueves Gleisi Hoffmann, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), desde el Instituto Lula, donde el exmandatario (2003-2010) se reunió a puerta cerrada con dirigentes de su partido y abogados.

El exlíder sindical de 72 años, cuya figura divide profundamente a Brasil entre quienes lo ven como el héroe de los pobres o el jefe del megaesquema corrupto que azota al país, aún no ha reaccionado al fallo emitido de madrugada por el Supremo Tribunal Federal (STF) ni a la orden de prisión que profirió el juez Moro.

El juez prohibió además “la utilización de esposas en cualquier hipótesis”.

La decisión llega menos de 24 horas después de que la corte suprema de Brasil rechazara un recurso del líder de la izquierda para recurrir su sentencia en libertad ante tribunales superiores.

La defensa de Lula no se manifestó de inmediato tras la orden de arresto de Moro, pero más temprano el abogado Cristiano Zanin Martins había declarado a periodistas que no trabajaban “con la hipótesis de la prisión” inmediata.

Implicado en otros 6 procesos judiciales, el exmandatario niega todas las acusaciones y las considera parte de un complot de las élites para que no pueda volver al poder después de haber dejado el cargo en 2010 como el presidente más popular de la historia reciente de Brasil.

AFP