El programa presentó varios casos de personas que fueron estafadas con la misma modalidad: ofrecieron sus bienes, les consignaron cheques ‘chimbos’ (sin fondos) por ellos y, mientras se hacía el canje, los delincuentes huyeron con esos bienes.

‘Carlos’, como fue identificado el delincuente, llevó al programa al sitio en el que compraba los cheques reales de entidades bancarias, por los que pagaba 25 mil pesos.

“Este cheque es por 5 millones de pesos, pero yo he consignado cheques de hasta 300 millones de pesos”, dijo ‘Carlos’ a Séptimo Día, agregando que los bancos no le exigen identificación a alguien que consigna cheques (por ejemplo, poner la huella digital y respaldar con una cédula que el nombre de quien hace la operación es real).

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Otra medida sería solo incluir los valores que se hacen efectivos de los cheques, no presentarlos como “saldo en canje” (tiempo que el banco se toma para verificar que el cheque tiene fondos).

El estafador dijo que es muy fácil moverse en estas plataformas, porque solo exigen un correo y una contraseña para ingresar y que, luego de cometer el delito, cambia de usuario y desaparece.

La otra modalidad de robo es ofrecer productos a precio de ganga, esperar que la gente haga el pago y luego desaparecer. Carlos dice que en un día malo se hace unos 400 mil pesos.

Las plataformas, a pesar de las quejas de los estafados, dijeron que solo ponen en contacto a compradores y vendedores, pero no son responsables si las transacciones se hacen “fuera de su ecosistema”.

El programa hizo una prueba para demostrar lo fácil que era estafar a la gente, y con cámaras ocultas denunció a una de las cómplices, que fue reseñada por la policía.

A pesar de que los argumentos legales están en favor de las plataformas, los usuarios creen que estas sí pueden hacer más exigentes los requisitos de identificación.

No se puede invocar la ingenuidad de los usuarios para que plataformas y bancos no sean más activos para evitar más robos.