El Gobierno de Estados Unidos imputó este jueves a 4 agentes y exagentes por supuestamente violar los derechos civiles de Breonna Taylor, una afroamericana que murió por disparos en marzo de 2020 durante una operación antidrogas en su casa, donde no se encontraron estupefacientes.

El fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, anunció en una rueda de prensa esas imputaciones contra trabajadores y exempleados del Departamento de Policía Metropolitana de Louisville (Kentucky).

“Esos supuestos delitos incluyen ofensas de derechos civiles, conspiraciones ilegales, uso inconstitucional de la fuerza y ofensas de obstrucción”, detalló Garland.

El Departamento de Justicia estadounidense acusó a Joshua Jaynes, Kelly Goodlett y Kyle Meany de violar los derechos civiles de Taylor, de 26 años, por utilizar una declaración jurada que sabían que era falsa para tener una orden de registro de su casa para llevar a cabo la redada que resultó en su muerte.

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Esos tres agentes “buscaron una orden de registro en la casa de la señora Taylor a sabiendas de que no había un motivo para la búsqueda”, dijo Garland.

La redada se produjo en el marco de una operación antidrogas, donde los policías solicitaron varias órdenes de registro para varias casas.

En el caso de la vivienda de Taylor, Garland explicó que los imputados afirmaron “falsamente” que allí habían llegado unos paquetes relacionados con la red de narcotráfico.

Alegamos que los acusados sabían que la declaración jurada en apoyo de la orden de registro contenía información falsa y engañosa, y que omitía información material”, afirmó.

Una vez la redada se puso en marcha, los agentes irrumpieron en la vivienda de Taylor, donde la mujer estaba con otra persona, su novio, que “poseía legalmente un arma de fuego” y que pensó que los policías eran intrusos que estaban intentando robar, por lo que abrió fuego contra ellos, apuntó el fiscal general.