A la española Susana Domínguez, una serie de trastornos mentales que tenía sin diagnosticar la llevaron a cambiarse de sexo a causa de varios errores cometidos por los profesionales en sus terapias.

La mujer gallega de 21 años afirma encontrarse arrepentida de este cambio por el cual le extirparon el útero, los pechos y entró en un agresivo proceso hormonal que tras varios años ha decidido suspender.

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Según lo relata al diario El Mundo de España, un día le contó a su psicólogo del error que habían cometido, pues no tenía disforia de género y no era ‘una mujer en cuerpo equivocado’, como ambos creyeron, sino que cargaba trastornos que no tenían que ver con la transexualidad y que varios de sus familiares también poseen.

Además de quedar sin pechos ni útero, Domínguez recibió “una avalancha de hormonas masculinas”, según describe la publicación. Durante ese proceso no recibió atención psicológica ni ninguna otra que le ayudara a advertir los “rasgos de un trastorno del espectro autista que ese primer profesional [del Servicio Gallego de Salud] nunca advirtió”.

El especialista “atendió al autodiagnóstico de la [entonces] adolescente, influenciada por foros de internet, antes que a la evidencia científica”, sostiene el artículo.

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La joven refiere su situación de este modo, por escrito: “Yo estaba muy mal, no podía relacionarme y hacer amigos, me costaba hablar con el psicólogo y aun así hizo los informes para recibir el tratamiento hormonal y las operaciones. Si no sabía ayudarme, me podría haber enviado a otro, en vez de arruinarme la vida. La última vez que fui a su consulta se puso a temblar, nos echó y nos dijo que fuéramos a la asesoría jurídica del hospital”.

Desde 2020 Domínguez ha encarado al profesional, quien le replicó por haberlo supuestamente “manipulado”. Así, varios le reprochan que ella se sentía “segura” de ser trans.

“Lleva años tomando hormonas masculinas, y ahora deberá tomarlas femeninas para regresar, en la medida de lo posible, a su ser original. Los daños son prácticamente irreversibles”, sostiene la madre de Susana.

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Ambas mujeres han interpuesto un reclamo contra el Servicio Gallego de Salud, denunciando un diagnóstico incorrecto de disforia de género y la ausencia de tratamiento psicológico durante el proceso de transición. La nueva Ley Trans —que rige en España y que permite el “cambio de sexo” mediante declaración formal a partir de los 16 años— le ayudará con el trámite del cambio de nombre, pues en el proceso empezó a llamarse Sebastián.