Acaba de explotar un escándalo en una de las grandes compañías ‘tech’ del planeta; sí, Uber sufrió una exposición pública luego de que se difundieran documentos secretos conocidos como ‘The Uber Files’. En estos documentos secretos se revela cómo la compañía enfrentaba la llegada a nuevos mercados. Las estrategias eran desde el ‘lobby’ ante funcionarios de primer nivel como otras maniobras más temerarias, que llamaron el ‘botón de pánico’.

Resulta que quién filtró los documentos fue Mark MacGann, un ejecutivo del más alto nivel de Uber. MacGann el exjefe de políticas de la compañía en Europa, Medio Oriente y África (EMEA) se ha presentado como la fuente de todo el escándalo.

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Fue claro al decirlo ante The Guardian: “Yo era el que hablaba con los gobiernos; yo fui el que impulsó esto con los medios; yo era el que le decía a la gente que deberían cambiar las reglas porque los conductores se iban a beneficiar y la gente iba a tener muchas oportunidades económicas”.

MacGann era la cara pública de Uber durante el lanzamiento alrededor del planeta de los denominados viajes compartidos. Esto duró desde el 2014 al 2016. En medio de un diagnóstico de TEPT (Trastorno de estrés postraumático) y un repentino golpe de su conciencia moral, MacGann se vio en la obligación de hablar y exponer ‘The Uber Files’.

Según dijo a los periodistas que estaban investigando Uber estaba diciendo cosas que no quería ni podía cumplir: “Cuando resultó que ese no era el caso, en realidad le habíamos vendido una mentira a la gente, ¿cómo puedes tener una conciencia tranquila si no te pones de pie y reconoces tu contribución a cómo se trata a las personas hoy en día?”.

En esta filtración salen a relucir nombres de alto nivel tanto de Uber como de los gobiernos de diferentes países. Allí resalta el nombre del fundador de la compañía Travis Kalanick y el del presidente francés Emmanuel Macron.

La estrategia de Uber era de confrontación, nada de pedir permiso, sino de entrar al mercado de frente con ‘marketing’ y mucho efectivo en mano. Así lo expresó Nairi Hourdajian (exjefa de comunicaciones globales) en un mensaje de 2014:

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“A veces tenemos problemas porque, bueno, simplemente somos jodidamente ilegales”. Su táctica, como le dijo MacGann a The Guardian, era irrumpir sin importar si el servicio era legal y expandirse rápidamente. “No pidas permiso. Simplemente inicie, apresure, reclute conductores, salga, haga ‘marketing’, y rápidamente la gente se despertará y verá qué gran cosa es Uber”.

La respuesta de Uber sigue muy a tono con lo que ha venido haciendo desde su fundación, nada de pedir permisos ni mucho menos excusas, lo de ellos es claro, creer que el dinero lo puede todo. O por lo menos se desprende de los mensajes de su vicepresidenta sénior de ‘marketing’ y asuntos públicos, Jill Hazelbaker: “No hemos dado ni daremos excusas por el comportamiento pasado que claramente no está en línea con nuestros valores actuales. En cambio, le pedimos al público que nos juzgue por lo que hemos hecho en los últimos cinco años y lo que haremos en los años venideros”.

MacGann compartió con The Guardian 18.69 GB de correos electrónicos, mensajes de texto y registros de la empresa. Hoy los altos ejecutivos dicen que lo que pasó ayer (2016) con Uber nada tiene que ver con lo que sucede hoy en la compañía.

Noah Edwardsen dijo lo siguiente: “Entendemos que Mark se arrepiente personalmente de sus años de lealtad inquebrantable a nuestro liderazgo anterior, pero hoy no está en condiciones de hablar con credibilidad sobre Uber”.

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También lo han señalado de empezar a hablar después de que su litigio con la compañía, que llevaba un poco más de 6 años, terminara con un jugoso cheque en su bolsillo por 585.000 euros.

En nombre de Kalanick, el fundador y ex director ejecutivo, el portavoz Devon Spurgeon dijo: “Travis Kalanick nunca autorizó ninguna acción o programa que pudiera obstruir la justicia en ningún país. El Sr. Kalanick nunca autorizó ni dirigió ninguna conducta ilegal en los esfuerzos de expansión de Uber en Rusia y, de hecho, tuvo una participación muy limitada en esos planes de expansión. El Sr. Kalanick nunca sugirió que Uber debería aprovechar la violencia a expensas de la seguridad del conductor”.

Sobre ‘The Uber Files’ falta mucho por debatir y reflexionar y las autoridades y la opinión pública deberán poner los ojos en este asunto. Ya el periodismo hizo lo suyo.