Sin embargo, esto no implica ningún riesgo para la salud de las personas, asegura el director del Departamento de Calidad del Agua del ISS, Luca Lucentini, quien también cree que analizar el alcantarillado servirá para detectar futuros brotes.

“El ciclo hídrico integrado, el proceso que conlleva a la potabilización de las aguas en el sistema de alcantarillado y de depuración, es ciertamente seguro”, afirma el científico.

De hecho, el análisis del agua no potable podría ser de utilidad en el control de la pandemia, apunta la experta Giuseppina La Rosa, del Departamento de Medioambiente de la institución y que dirigió la investigación, plasmada en un informe que se publicará próximamente.

La Rosa señala que estos rastros de coronavirus en el agua de desecho de las ciudades pueden servir como “espías” del estado de salud de sus habitantes y ayudar así a saber rápidamente si una población está siendo infectada por el patógeno y en qué medida.

Los expertos del ISS creen que este tipo de muestreo podrá ayudar a gestionar la conocida como ‘Fase 2’, la reapertura gradual del país que el gobierno planea impulsar a partir del próximo 4 de mayo.

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El control de aguas no potables de los cascos urbanos permitirá trazar rápidamente y de forma indirecta la circulación del virus y detectar posibles repuntes y eventuales nuevos focos.

Se trata de una estrategia que ya se utiliza con otros virus, como el de la polio.

La conclusión de que estos hallazgos pueden servir de ayuda fue respaldada también por el presidente del ISS, Silvio Brusaferro, uno de los rostros visibles de la pandemia en Italia con sus frecuentes ruedas de prensa explicativas o balances.

“El resultado podría ser de ayuda en el control de la pandemia. Nuestros resultados se asemejan a los de otros grupos investigadores que han encontrado trazas del virus en el agua no potable, como en Países Bajos, Massachusetts (EE. UU.), Australia o Francia”, sostuvo.

Desde que el ISS detectó el primer caso de contagio autóctono de COVID-19, el pasado 21 de febrero, Italia ha contabilizado 183.957 infecciones, con las que han muerto 24.648 personas, de acuerdo al último parte de la Protección Civil.