En su segunda aparición pública después del cierre de las votaciones en Estados Unidos, Trump repitió las acusaciones de su primera declaración, la madrugada del miércoles, confiado en que ganará las elecciones y hablando de supuestas irregularidades.

Sin embargo, esta vez se despachó con afirmaciones que algunos medios juzgaron como probablemente falsas, por lo que optaron por no retransmitir su discurso, ante la falta de pruebas sobre lo dicho y la ausencia de denuncias formales que lo soportaran.

Por ejemplo, el presidente estadounidense reiteró que si se cuentan los “votos legales” él ganaría “fácilmente”, pero que si cuentan “los ilegales”, refiriéndose a aquellos enviados por correo, su oponente demócrata, Joe Biden, estaría “robando las elecciones”.

El jefe de Estado también culpó de la zozobra que se vive en Estados Unidos a funcionarios electorales, a los que relacionó con “corrupta maquinaria electoral demócrata”:

Los funcionarios demócratas nunca creyeron que podrían ganar estas elecciones honestamente. Por eso hicieron papeletas por correo con esta tremenda corrupción”, aseveró.

Trump también aseguró que su objetivo es “defender la integridad de las elecciones” a la vez que acusó directamente a los estados de Michigan y Pensilvania de corrupción. “Fui a la universidad y sé de eso, pero ha empeorado”, agregó, anticipando una gran ofensiva legal.

“No permitiremos que los corruptos nos roben”, sostuvo Trump, afirmando que “se han permitido que boletas sean recibidas días después de los comicios (…) sin que tengan marca o identificación de ningún tipo”. Además, denunció que en Georgia se habría negado el acceso a observadores republicanos a los escrutinios, que en Michigan se estaban duplicando papeletas y que en Detroit bloquearon la vista para que no se vieran los conteos, además de hablar de supuestos votantes no habilitados para sufragar. Todo esto sin mostrar evidencias.

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Trump tachó los votos por correo como “papeletas misteriosas que se cuentan después del día de los comicios”, y repitió que él mismo había anticipado problemas de este tipo: “He hablado de esto durante muchos meses, que las papeletas por correo iban a ser un desastre“, lamentó.

En lo que el presidente estadounidense sí bajó el tono fue en su declaración de victoria inicial, en la que se declaraba ganador: “Creemos que vamos a ganar”, dijo, mostrando más cautela que horas antes, pero repitiendo que antes de un desenlace habrá “muchos litigios” con las pruebas que dice tener.

“No se trata de quien gana, republicano o demócrata. No podemos tener una vergüenza como esta. Esto se va a aclarar, pero va a pasar por un proceso legal. Los jueces van a tener que emitir un fallo”, concluyó.

Hasta la noche de este jueves, el demócrata Joe Biden lidera las elecciones con 264 votos electorales contra 214 del republicano Trump.