Tras escrutarse el 99 % de los votos para las elecciones presidenciales en Brasil, se definió que habrá una segunda vuelta entre el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, con un 48,4 % de los votos, frente al 43,2 % que ha conseguido el actual presidente, Jair Bolsonaro, del Partido Liberal.

Los dos candidatos se enfrentarán de esta manera en una segunda vuelta para decidir la Presidencia el 30 de octubre, en una contienda que aun parece muy reñida por el escaso margen entre los dos aspirantes.

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Nunca gané una elección en la primera vuelta. Todas las elecciones que disputé lo hice en segunda vuelta. Todas. Lo importante es que la segunda vuelta es la oportunidad de madurar las propuestas y la conversación con la sociedad”, afirmó el candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores.

En tanto, Bolsonaro expresó que “superó las mentiras” de las encuestas y que sentía que ahora tenía una ventaja en la segunda vuelta. Incluso con los resultados favorables, también sugirió que podría haber habido fraude y advirtió que esperaría a que los militares verificaran los resultados.

“Siempre existe la posibilidad de que suceda algo anormal en un sistema completamente computarizado”, dijo el actual presidente de Brasil.

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A su vez, el tercer lugar de Simone Tebet, con el 4,1 % de los votos que serán decisivos en segunda vuelta, se ha perfilado como la sorpresa de la jornada.

Lula da Silva ha sido candidato a presidente de Brasil seis veces y este domingo ganó por tercera vez. Como ya sucedió en 1989, 2002 y 2006, tendrá que medirse en una segunda vuelta.

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Por su parte, Jair Bolsonaro obtuvo unos resultados claramente superiores a los que le auguraban todas las encuestas.

Sin embargo y contrario a lo que ocurrió en las elecciones presidenciales, en los resultados finales para el Senado y la Cámara de Diputados, el partido de Bolsonaro se convirtió en el ganador en ambas cámaras.

Así, en el eventual caso que Lula gane la Presidencia, no contaría con mayorías en el Congreso de Brasil, lo cual es clave para impulsar los diferentes proyectos de ley del Gobierno.

De otro lado, los brasileños también eligieron a gobernadores de los estados y del Distrito Federal, además del Congreso y los portavoces en los parlamentos estatales.