El debate para las elecciones en Brasil pintó mal durante todo su desarrollo. Las acusaciones fueron y vinieron, y los argumentos quedaron en el fondo. 

“Mentira”. “Pare de mentir, ¿tendré que exorcizarlo para que pare de mentir?”. Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva intercambiaban acusaciones e intentaban llegar a los electores indecisos este viernes, en el último debate a dos días del balotaje brasileño.

El presidente brasileño y Lula se acusaban mutuamente sin cese, empantanando la discusión en el último cruce televisivo, en el que ambos buscaban seducir al electorado más vulnerable.

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El ultraderechista, quien comenzó el debate desmintiendo que vaya a eliminar las vacaciones y el pago de horas extra, prometió que si es elegido el domingo reajustará el salario mínimo a 1.400 reales -265 dólares-.

Acá, un fragmento del encuentro entre los aspirantes brasileros:

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Jair Bolsonaro dijo a Lula da Silva que lo iba a exorcizar

“Lula, usted sabe que todo el sistema está contra mí […] pare de mentir”, dijo el presidente, que se mantuvo hablando fuera de su atril, vestido con traje, corbata azul y revisaba constantemente anotaciones en su mano izquierda.

“¿Tendré que exorcizarlo para que pare de mentir?”, agregó.

Lula, que cada vez que Bolsonaro hablaba lo seguía desde su atril y bebía agua, atacó la gestión de su rival.

“Durante cuatro años, este señor [Bolsonaro] gobernó el país y no dio ningún aumento real de salario, esa es la verdad”, espetó Lula.

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El candidato del PT, de 77 años, se movía al centro del estudio cuando le tocaba hablar, con la chaqueta desabrochada, una corbata roja y un uso constante de las manos para reforzar el mensaje.

Lula acusó también a Bolsonaro de “aislar a Brasil del mundo” durante su gobierno: “Brasil está más aislada que Cuba”, sentenció.