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Egipto ha presentado al mundo dos imponentes estatuas colosales de alabastro que representan al rey Amenhotep III, una figura central de la dinastía XVIII. La culminación de su restauración, tras dos décadas de minucioso trabajo, marca un hito en la protección y puesta en valor del patrimonio arqueológico egipcio. De acuerdo con el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, las monumentales esculturas, con alturas que oscilan entre los 13,6 y 14,5 metros, se han reinstalado junto al tercer pilono del templo funerario del rey en el sur de la necrópolis de Tebas, en Luxor, retornando así a su sitio histórico original después de siglos de oscuridad y deterioro.
El proceso de restauración estuvo marcado por complejidad y paciencia. Las estatuas, halladas en un lamentable estado de conservación, se encontraban fragmentadas y en parte escondidas por el efecto nocivo de la sedimentación y el agua salada, factores que contribuyeron a su deterioro. En 2006, un equipo multidisciplinar compuesto por expertos egipcios y colaboradores internacionales asumió la labor de limpiar los restos, documentar los daños, escanear en tres dimensiones los fragmentos y recomponer los bloques que conforman las esculturas colosales. La obra concluyó con el levantamiento y reubicación de las estatuas, finalizada en 2025, logrando restituirles la monumentalidad perdida.
Mohamed Ismail Jaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, destacó que la labor de restauración, documentación y reensamblaje fue efectuada bajo estricto apego a los estándares más avanzados del campo de la restitución arqueológica. Este rigor científico asegura no solo la preservación material de las piezas, sino también la fidelidad histórica de las intervenciones, un elemento fundamental en la gestión de monumentos patrimoniales de valor universal.
El proyecto no se limitó únicamente a las estatuas colosales. Según la información suministrada por el propio Consejo Supremo de Antigüedades, la recuperación implicó el reingreso de bloques de granito pertenecientes a las bases de las estatuas, que se hallaban en el museo al aire libre de los Templos de Karnak.
Dentro de los hallazgos recientes, se suman dos esfinges de piedra caliza que actualmente están bajo procesos de restauración. El gobierno egipcio también ha puesto en marcha un plan integral para la mejor administración y protección del recinto arqueológico, consciente del valor cultural y turístico que este patrimonio representa. La reciente inauguración forma parte del proyecto de conservación de los colosos de Memnón y del templo de Amenhotep III, una iniciativa que comenzó en 1998 y que ha contado con el respaldo del Consejo Supremo de Antigüedades y el Instituto Arqueológico Alemán de El Cairo.
¿Qué importancia tiene la diosa Sejmet en el contexto arqueológico de Tebas?
La diosa Sejmet, representada con cabeza de leona, ocupa un lugar significativo entre las deidades del antiguo Egipto. En el contexto de la necrópolis de Tebas y el templo funerario de Amenhotep III, su presencia a través de más de 280 estatuas restauradas y documentadas resalta el papel que este culto tenía durante la dinastía XVIII. La diosa era asociada tanto a la guerra como a la protección y la sanación, lo cual explica la relevancia de sus efigies en los complejos religiosos y funerarios de la época.
La restauración y futura exhibición de estas estatuas no solo enriquece la comprensión sobre la cosmovisión religiosa egipcia, sino que también aporta nuevas dimensiones a la interpretación de los rituales y la vida cotidiana en Luxor durante el reinado de Amenhotep III. Este hecho subraya la importancia de las labores arqueológicas continuadas para recuperar y preservar testimonios materiales de gran valor histórico y simbólico.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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