Por: LA CRONICA DEL QUINDIO

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 26, 2025 - 10:01 pm
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El primer ministro de China, Li Qiang, al intervenir en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lanzó una advertencia sobre los riesgos de que el sistema internacional vuelva a regirse por la llamada “ley de la selva”. Según destacó en su discurso, el retorno al unilateralismo y al uso predominante de la fuerza acarrearía un aumento significativo de conflictos armados, poniendo en entredicho la estabilidad mundial. Esta intervención situó el debate dentro de un panorama global convulso, en el que el resurgimiento de actitudes propias de la Guerra Fría y la falta de consenso entre potencias recrudecen la competencia y obstaculizan el entendimiento entre países, tal como recogió Crónica del Quindío.

Durante su intervención, Li Qiang destacó que la aspiración universal de la humanidad es alcanzar la paz y el desarrollo, objetivos que solo pueden lograrse a través de un orden internacional cimentado en el respeto por la soberanía de los Estados y el multilateralismo efectivo. Señaló la importancia de impulsar la “solidaridad frente a la división”, reflejando la posición del gobierno chino a favor de soluciones concertadas donde el diálogo predomine sobre la confrontación. Así, Pekín se presenta ante el mundo como un defensor de la cooperación global frente a tendencias centradas en imponer intereses propios.

El discurso se produce en un momento marcado por conflictos como la invasión rusa a Ucrania, la crisis palestino-israelí y una competencia estratégica cada vez más intensa entre potencias. De acuerdo con el Council on Foreign Relations, en los últimos años el avance del unilateralismo debilita los mecanismos multilaterales y pone a prueba la gobernanza internacional, generando riesgos adicionales para la resolución pacífica de disputas.

Frente a este escenario, China manifiesta su compromiso con la búsqueda de salidas políticas y la prevención de nuevos conflictos. El rechazo a “silenciarse ante el bullying de los poderosos” apunta especialmente a los enfoques unilaterales de ciertos gobiernos occidentales, señalados en diversas fuentes como responsables de tensar el orden multilateral establecido, mientras la postura china de respetar las “preocupaciones de seguridad de todos los países” también ha sido motivo de debate respecto a su relación ambivalente con Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania, según The New York Times.

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En torno a los temas económicos, Li Qiang lamentó el repunte del proteccionismo y expuso la necesidad de una cooperación sólida a nivel global para potenciar la globalización y evitar que los intereses particulares limiten el crecimiento económico internacional. En este ámbito, resaltó el enfoque de China hacia un “desarrollo interno de alta calidad”, poniendo sobre la mesa el contraste con las actuales tensiones comerciales y tecnológicas con Estados Unidos, uno de los factores que, de acuerdo con El Economista, caracterizan la rivalidad bilateral.

Entre los aspectos destacados del discurso estuvo la propuesta de una iniciativa global para la regulación ética de la inteligencia artificial, subrayando la relevancia de vincular la innovación tecnológica a valores humanitarios compartidos, una estrategia dirigida a asumir un liderazgo responsable a nivel mundial, según la UN Chronicle. Por su parte, el llamado a fortalecer la “economía verde” y aplicar de manera efectiva el Acuerdo de París reafirmó la voluntad de China de asumir retos en el ámbito climático, según lo consignado en el Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

A modo de símbolo, el mandatario entregó muestras lunares recogidas por la sonda Chang’e 6 a la ONU, ejemplificando el avance chino en exploración espacial y su objetivo de compartir los logros científicos con la comunidad internacional, en consonancia con un mensaje de apertura y colaboración global. El discurso de Li Qiang, en suma, representó no solo una crítica al sistema actual y a la vuelta de prácticas de confrontación, sino una reafirmación de la apuesta china por redefinir las reglas de la gobernanza internacional a través del multilateralismo, la igualdad y la cooperación en diversos frentes, aunque manteniendo firmemente sus propios intereses estratégicos.

¿Cuál es el impacto del discurso de China en la percepción internacional sobre la cooperación y el multilateralismo?

El pronunciamiento de Li Qiang en la ONU capta la atención mundial por su crítica directa a los enfoques unilaterales y su defensa del multilateralismo como solución a las crisis actuales. Esta postura incide en la forma como otros países y organismos internacionales perciben el papel de China en el escenario global, al presentarse como un actor dispuesto a dialogar y colaborar, aunque sus intereses estratégicos sigan siendo prioritarios. En el clima actual de desconfianza y rivalidad, la coherencia entre el discurso y las acciones de China será determinante para fortalecer la credibilidad de su apuesta por la cooperación global.

La repercusión de este discurso radica también en que marca la agenda de temas prioritarios, desde la economía y el cambio climático hasta la tecnología, invitando a repensar el papel de los grandes actores en el concierto internacional. Así, las propuestas chinas pueden servir como punto de partida para discusiones sobre reformas al sistema multilateral que respondan de manera más efectiva a las demandas de un mundo en transformación.

¿En qué consiste la “ley de la selva” en el contexto de las relaciones internacionales?

La “ley de la selva” es una metáfora utilizada para describir un sistema internacional donde prima la fuerza sobre las reglas y el respeto mutuo entre Estados. En este contexto, las relaciones se caracterizan por la imposición del más fuerte, sin mecanismos efectivos de arbitraje o cooperación, lo que puede conducir a conflictos frecuentes y desestabilización regional y global. Es precisamente este modelo el que Li Qiang pidió evitar en su exposición ante la ONU.

La preocupación de China sobre un posible regreso a esta dinámica responde a la percepción de que algunos países avanzan agendas unilaterales que ignoran las instituciones multilaterales. El temor es que, sin respeto por el derecho internacional y los acuerdos colectivos, el mundo se exponga a ciclos de tensión y violencia, en detrimento del desarrollo y el bienestar compartido.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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