Un juzgado de Panamá condenó a David Murcia Guzmán a 10 años de prisión por el delito de “captación de manera masiva y habitual de recursos económicos del público sin autorización competente”.

Murcia Guzmán fue deportado a Colombia el 19 de noviembre de 2008, después de la intervención de las autoridades a su conglomerado de empresas en Colombia, que captaba dinero a través de tarjetas prepago.

Posteriormente fue trasladado a Estados Unidos, donde cumplió una condena por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, tras lo cual fue deportado a Colombia. En 2009, fue sentenciado en este país a 30 años de cárcel, luego de ser hallado “responsable de lavado de activos y captación masiva y habitual de dineros del público”.

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El Ministerio Público (MP, Fiscalía) informó este viernes que además de a Murcia Guzmán, el juez tercero liquidador adjunto de causas penales del Primer Circuito Judicial de Panamá, Fernando Basurto, condenó a 10 años de cárcel al panameño Ernesto Chong Coronado.

Este caso, que data de 2008, “guarda relación con las pirámides ilegales de captación de dinero”, dijo asimismo un comunicado del Órgano Judicial.

De acuerdo con la información difundida entonces, la red de Murcia Guzmán captó a unas 780 personas en Panamá, cuyas pérdidas en el negocio piramidal rondan los 3,5 millones de dólares.

En diciembre de 2010, la Fiscalía de Panamá subastó por 600.100 dólares el yate de lujo confiscado a Murcia Guzmán, dinero que iba a destinarse a resarcir a las personas afectadas por el colombiano.

Entre los bienes decomisados a Murcia y a sus empresas, figuran también 10 automóviles, la mayoría de lujo, 2 apartamentos y 3 motocicletas, además de 1,3 millones de dólares depositados en la banca panameña.

La Fiscalía colombiana informó en su momento que encontró en los discos duros de las computadoras de la compañía DMG información que demostró que manejaba una doble contabilidad y que la firma captó, solamente en 2007 y 2008, un total de 2.140 millones de dólares y que “gran parte del flujo de capital de la firma venía de sus aportantes”.

DMG tuvo “sucursales” en Panamá, Venezuela y Ecuador, pero fueron intervenidas por los respectivos Gobiernos.

Murcia Guzmán tenía planeado establecerse también en México, Perú y Brasil, antes de ser detenido en Panamá.