“¡Trataremos que sea un momento especial para la paz mundial!”, añadió Trump en su mensaje en Twitter.

El presidente y la primera dama subieron al avión en la que llegaban los recién liberados en la base área de Andrews, cerca de Washington, donde se había desplegado una enorme bandera nacional y donde también venía el secretario de Estado Mike Pompeo, que realizó su segundo viaje a la capital norcoreana en pocas semanas, había aterrizado unos minutos antes.

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Este fue el gesto de Pyongyang que definitivamente destrabó el ‘dilema’ de dónde y cuándo llevar a cabo la reunión entre los dos líderes.