Luego del auge de la serie de Netflix ‘El juego del calamar’, varios productos bajo esa misma marca lograron aumentar su popularidad en el mundo. Uno de ellos fue la criptomoneda Squid, que comenzó a comercializarse el pasado 20 de octubre y que pasó de valer algo más de 0,01 centavos de dólar a 2.856 dólares en menos de un mes.

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De acuerdo con la BBC, el Squid era implementada como una “criptomoneda para jugar y ganar”, pues las personas podían comprar tokens de ese activo, es decir, partes muy pequeñas de la moneda, para utilizarlos en juegos en línea, en los que podían a su vez ganar más de esos tokens, para luego canjearlos por otras criptomonedas o hasta por sus monedas nacionales.

La estafa se configuró cuando la moneda logró una cotización superior a los 2.000 dólares y luego quedó en ceros, pues los creadores cobraron rápidamente, según el portal de tecnología Gizmodo, cerca de 3,38 millones de dólares, el monto total que había recaudado la moneda en inversiones.

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Según los expertos consultados por la BBC, a esta modalidad se le llama ‘tirón de alfombra’ y sucede cuando el promotor de un activo digital o criptomoneda, atrae a compradores, luego detiene la actividad comercial de la moneda y se lleva el dinero recaudado por las inversiones.

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El mismo medio, además puntualizó que varios expertos en criptomonedas habían avisado anteriormente sobre una posible estafa con Squid, pues los compradores de esta no podían revenderla, además el portal oficial para comprar el activo, que desapareció junto con todas sus cuentas en redes sociales, tenía varios errores ortográficos. 

El portal Gizmodo dio varias recomendaciones para que los fanáticos de los criptoactivos no caigan en estafas como esta, asegurando que lo primero que se debe averiguar, antes de invertir en un activo como ese, es si la moneda se puede revender luego de la compra. También es importante revisar las redes sociales y las experiencias de otros usuarios.