Ese 28 de noviembre, Pionyang probó el Hwasong-15: su proyectil de alcance intercontinental más sofisticado hasta la fecha, el cual podría tener un rango de unos 13.000 kilómetros, suficiente para alcanzar territorio estadounidense.

Esa prueba se produjo poco más de un mes antes de que el líder norcoreano iniciara una campaña diplomática que resultó en dos históricas cumbres con el presidente estadounidense, Donald Trump, para tratar el tema de la desnuclearización.

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Entre viernes y sábado, jefes del Estado Mayor surcoreano aseguraron que el régimen disparó “proyectiles de corto alcance” en vez de misiles, como había reportado inicialmente, lo que rebajaría la gravedad de esta prueba de armas.

La diferencia entre un proyectil y un misil es que el primero es cualquier objeto disparado al aire y el segundo es autopropulsado.

En caso de tratarse de “proyectiles de corto alcance” como ahora considera Seúl, el ejército norcoreano podría haber probado artillería de cohetes, algo que no violaría las sanciones de la ONU impuestas sobre el régimen por sus pruebas nucleares y de misiles balísticos.

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“Los proyectiles volaron entre 70 y 200 kilómetros sobre el Mar del Este (nombre que las dos Coreas dan al Mar de Japón). Corea del Sur se halla en proceso de análisis adicional para obtener más información”, concluyó Corea del Sur.