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Escrito por:  Óskar Ortiz
Redactor     Feb 23, 2024 - 11:08 am

A las 8:15 de la mañana (hora de Colombia) de este viernes 23 de febrero, la mamá de una joven colombiana de 19 años entró en Baltimore (Estados Unidos) a una reunión clave para buscar un respiro, en medio del drama  provocado por un cáncer agresivo que se convirtió en una pesadilla.

Juliana Marroquín Alzate, estudiante de Atención a la primera infancia en la Universidad ESAF, en Colombia, viajó a Estados Unidos desde agosto de 2023 para trabajar como niñera en un programa con las agencias Au Pair Care y Global Exchange, empresas estadounidense y colombiana, respectivamente.

Sin embargo, hace tres semanas, su situación tomó un rumbo oscuro debido a que necesitó una operación de emergencia por un tumor cancerígeno, que en principio afrontó sola hasta la llegada de su madre, Lorena Alzate, el pasado 13 de febrero.

“Estoy acá con ella, lo logré”, contó la progenitora desde la Unidad de Cuidado Intensivo NeuroCare del University of Maryland Medical Center, en Baltimore. En charla con Pulzo, minutos antes de entrar al encuentro decisivo con una trabajadora social, envió un pedido de ayuda urgente. Su caso es diferente al de Paula Durán, colombiana que murió hace un año.

“Estamos las dos solitas en el país (Estados Unidos). El tema de recursos es fuerte porque se vienen gastos muy grandes”, indicó Alzate, mujer de 45 años que pudo trasladarse gracias a una visa de emergencia. Ella vive con su familia en Torres de Tintalá, en el sector del Tintal en Bogotá.

Desde el hospital, lugar en el que ha dormido todos los días desde que llegó por falta de dinero y para estar atenta a cualquier información, explicó que su hija no puede regresar a Colombia porque el cáncer cerebral es muy agresivo. La condición de salud de Juliana le impide subirse a un avión.

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Lorena Alzate, al tiempo que remarcó que se creó una red de colecta en Go Fund Me en la búsqueda de dinero para su hija, expresó su desconcierto por lo que pueda suceder con la salud de la paciente de cáncer.

“Estamos esperando las patologías moleculares para poder conocer el grado en el que está y si se desplazó hasta la médula. Por eso le hicieron una punción lumbar”, explicó la mamá, que apela al poco inglés que tiene para entender las explicaciones de los expertos en el centro médico.

De hecho, la mencionada reunión a las 8:15 de la mañana con una trabajadora social era un camino en el que esperaba encontrar respuestas sobre cómo proceder en el momento que deba salir del hospital.

El problema es delicado: la condición de Juliana le impide estar en sitios donde haya mucha gente porque está en riesgo, por lo que quedarse en un albergue no es opción. Sin embargo, sus condiciones económicas son difíciles.

“Nadie me ha preguntado si me traje un dólar para tomarme un café”, relató la progenitora, que reconoció que con su esposo, Ramiro Marroquín, hicieron un importante esfuerzo financiero para cumplir el sueño americano de la joven, que ahora vive una pesadilla.

Lorena, la también madre de Tomás Marroquín (9 años), ha buscado ayuda para que su pareja y su hijo puedan contar con visas humanitarias para llegar a Estados Unidos.

“Los médicos dicen que ellos van a ser vitales para la recuperación de Juliana, ellos van a ser recarga familiar”, afirmó Alzate, que indicó que se ha podido contactar con el consulado en Washington para obtener respaldo. Ellos la han guiado con ‘tips’ y pautas sobre firmar o no documentos.

La joven estudiante, que espera celebrar sus 20 años el próximo 23 de marzo, estaba a dos semanas de culminar sus estudios a distancia para graduarse en abril o mayo. Ahora, su mayor reto es saber cómo sobrellevar esta nueva y dura realidad.

“Es todo el panorama. Estamos desubicados, necesitamos una ayuda legal. No sabemos bien cómo es el asunto de las agencias en cuanto al tema migratorio de Juliana, sus derechos como trabajadora”, señaló la mamá.

La mujer de 45 años reconoció que ha recibido múltiples voces de aliento, en especial de colombianos, en medio de este drama. Lo cierto es que ahora se viene un complicado camino en la lucha contra un cáncer agresivo, por lo que no duda en pedir el respaldo general para obtener recursos para llevar a cabo el tratamiento, recibir ayuda para transportarse en tan largas distancias y tener un lugar seguro para quedarse.

En pocos minutos de conversación, quedó claro el mensaje que la madre de Juliana Marroquín Alzate le envió a Colombia para solicitar apoyo en medio de lo que era un sueño y se convirtió en una pesadilla.

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