Toneladas de cocaína, asesinatos y huidas de prisión son sólo una pequeña parte de la leyenda de Joaquín “El Chapo” Guzmán, según la está contando a un jurado neoyorquino uno de sus antiguos colaboradores.

“El Rey”, es el primer gran testigo del Gobierno estadounidense en el caso contra Guzmán, considerado uno de los mayores narcotraficantes de la historia y que se enfrenta a cadena perpetua de ser considerado culpable.

Durante unas tres horas este miércoles y otras cinco el jueves, “El Rey” contó al detalle el origen del Cartel de Sinaloa, su estructura, su funcionamiento y varios de sus episodios más sonados.

Su testimonio, al que durante los próximos meses se sumarán los de otros narcotraficantes que están cooperando con los fiscales, continuará aún la próxima semana.

Zambada García desmintió de entrada uno de los ejes de la estrategia de la defensa: que su hermano, Ismael “El Mayo” Zambada, y no ‘El Chapo’, era el único líder del ‘Cartel de Sinaloa’.

“Eran socios”, dijo sobre los dos capos. Según dijo, el Mayo y ‘El Chapo’ tenían “una relación de trabajo, una sociedad para la importación de cocaína, de narcotráfico”, en la que iban “a medias”.

Zambada sabe bien de lo que habla, pues él mismo era uno de los “sublíderes” del Cartel, hombre de confianza de su hermano, primero como responsable de sus cuentas y luego jefe en Ciudad de México.

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Desde esos puestos privilegiados, “El Rey” conoció personalmente a todos los pesos pesados de Sinaloa, desde finales de los años 80 hasta su detención en 2008.

Uno a uno, identificó ante el jurado a todos los nombres claves: “El Mayo”, Guzmán y su hermano Arturo, Amado Carrillo, Juan José Esparragoza, los hermanos Beltrán Leyva y Nacho Coronel.

La cooperación entre el ‘Cartel de Sinaloa’ y autoridades mexicanas fue uno de los puntos fuertes del testimonio de Zambada García.

El Ejército, la Procuraduría General de la República, la Policía Federal de Caminos, la Policía del Distrito e incluso la Interpol, en todas había oficiales sobornados para proteger a los narcos.

Según “El Rey”, él mismo pagaba unos 300.000 dólares mensuales en sobornos a distintos colaboradores en Ciudad de México.

Zambada García aseguró además haber hecho pagos personalmente en nombre de ‘El Chapo’, cuando en 2004 entregó 100.000 dólares al “General Toledano”, que estaba al mando en el estado de Guerrero, donde quería preparar un desembarco de cocaína colombiana.

Las autoridades corruptas, según su relato, solo trabajan con un cartel por cada “plaza”, pero a través de sus distintos lugartenientes, Sinaloa controlaba buena parte de México.