Los crímenes cometidos por Högel, de 42 años, “desafían la razón y todos los límites conocidos“, aseguró el presidente del tribunal, Sebastian Buhrmann, al pronunciar su condena a perpetuidad.

El tribunal de Oldenburgo, en el noroeste de Alemania, declaró a Niels Högel culpable de asesinar a esos pacientes mediante inyección en los hospitales donde trabajó entre 2000 y 2005 y lo declararon uno de los peores asesinos en serie de la historia reciente.

La policía sospecha que podría haber asesinado a hasta 200 personas, pero varios casos no se podrán esclarecer porque los cuerpos de las presuntas víctimas fueron incinerados.

“Hay tantas (víctimas) que el espíritu humano capitula ante semejante cantidad de crímenes” dijo el presidente del tribunal. “Lo que usted ha hecho es incomprensible, es simplemente demasiado”, agregó dirigiéndose al condenado.

Las víctimas, de entre 34 y 96 años, eran elegidas al azar por Högel. Entre 2000 y 2005 inyectó una sobredosis de medicamentos a decenas de pacientes y, según explicó, quería destacar entre sus colegas reanimando a los enfermos.

“Era la única manera de integrarse en el equipo”, afirmó.

La pena dictada este jueves en Oldenburgo no cambiará la situación del exenfermero, que ya fue condenado a perpetuidad en 2015 por varios asesinatos. Las penas no son acumulables.

Quiero sinceramente pedir disculpas a todos por el mal que he causado durante todo esos años” dijo el condenado el miércoles, dirigiéndose a los familiares de las víctimas. Högel aseguró estar “día y noche” perseguido por la “vergüenza y los remordimientos”.

Niels Högel reconoció primero 30 asesinatos en Delmenhorst en 2015, pero negó haber matado en Oldenburgo, lo que era mentira. Cuando le preguntaron por qué mintió dijo que tenía “vergüenza” por la “dimensión” de sus actos.

Sin embargo negar no le sirvió porque la autopsia de los cuerpos de los pacientes de Oldenburgo demostró con casi toda certeza que él los mató.

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Durante el juicio, tras reconocer su responsabilidad global por las 100 muertes, dijo finalmente estar seguro de haber “manipulado” a 43 pacientes, no acordarse de otros 52 y negó ser responsables en cinco casos, creando confusión y frustración entre las familias de las víctimas.

Los expertos psiquiátricos indicaron que Högel sufre un profundo problema de narcisismo.

“Siempre está dispuesto a mentir si ello le permite destacar”, según el psiquiatra Max Steller, que declaró durante el juicio.

Niels Högel nació el 30 de diciembre de 1976 en Wilhelmshaven y se convirtió en enfermero, como su padre, a los 19 años. A finales de 1999 empezó a trabajar en el hospital de Oldenburgo y a principios de 2003 en el de la ciudad vecina de Delmenhorst.

El juicio también tuvo que esclarecer cómo fue posible que Niels Högel matara a tanta gente durante cinco años sin ser detenido.

El hospital de Delmenhorst admitió haber tenido sospechas, y el de Oldenburgo lo despidió en 2002 argumentado “pérdida de confianza” aunque le dio una carta de recomendación elogiosa.

Varios colegas y superiores jerárquicos de Oldenburgo, que declararon durante el juicio, negaron sin embargo haber tenido  sospechas o dijeron que no se acordaban. Esta “amnesia colectiva” exasperó al juez, que acusó a 10 personas de perjurio y falso testimonio.

Además, los responsables de los dos hospitales tendrán que dar explicaciones en un juicio distinto, en el que Högel será testigo.

Para los familiares de las víctimas, solo importa una cosa: “Que este hombre no salga jamás de prisión“, declaró Petra Klein, y recordó que ya lleva encarcelado desde hace 10 años.

El hecho de que en el futuro fuera puesto en libertad, lo que no excluye totalmente el derecho alemán, sería para ella “simplemente insoportable“.